Es increíble pensar que uno de los pueblos más bonitos y más adecuados para hacer turismo rural tenga menos de 1000 habitantes, pero así es. Una joya situada en la montaña valenciana en la que, además de poder perdernos, también podemos disfrutar de uno de sus mayores secretos.
Chulilla y sus mágicos puentes colgantes
Ya seas amante de la naturaleza y del senderismo, o simplemente quieras perderte y disfrutar del turismo rural y la desconexión, Chulilla es el pueblo perfecto para ello.
Incluso antes de adentrarnos en sus senderos, este municipio ya resulta encantador con sus vistas panorámicas, sus casas blancas con flores que adornan las fachadas, o su centro histórico. Nuestra recomendación es que, si buscáis comer o cenar bien, no dejéis de pasar por la plaza de la Baronía.
El castillo y su leyenda
En el pueblo valenciano también es posible visitar el Castillo de Chulilla, una fortificación de origen musulmán que conforme fueron pasando los años fue sirviendo a diferentes cometidos. Se encuentra ubicado en la cima de un monte y a pesar de encontrarse en ruinas, como informan en la web del ayuntamiento local, tras las Guerras Carlistas, fue declarado Monumento Histórico-Artístico.
Esta fortificación lleva además asociada a ella una leyenda, la de La mora encantá', que cuentan así en la página del consistorio:
“Hace más de 600 años, cuando las guerras no cesaban y los moros en España tomaron su poderío, a soldados y cristiano encerraban en las mazmorras del castillo. Hubo un soldado valiente que desafió el peligro y fue ganando de una mora por completo su cariño. Esta que mucho le amaba, hacía lo que el quería y mándole conquistar al tirano Emir y hacerse su favorita. Una noche sin luna verás lo que sucedió, que con una fuerte daga al tirano Emir mató. Dielo una larga cuerda que el soldado por las ventanas del castillo se descolgó, también quiso hacerlo ella, pero esta no lo logró, porque un moro acechaba, la cuerda se la cortó, y aquella morita linda encinglada se quedó en su dolor y agonía aún llamaba a aquel soldado que por él perdió su vida. Aquel eco de su angustia en la montaña retumbaba, por eso dicen los viejos que en una fecha lejana por la Tabla de La Zorra salía la mora encantada".
Una ruta de senderismo no apta para personas con vértigo
Pero lo que realmente asombra a cualquier viajero es su secreto (a voces) mejor guardado: la Ruta de los Puentes Colgantes. Los amantes del senderismo disfrutarán de esta senda en la que también se puede practicar escalada.
Una de las ventajas es que es relativamente corta, de unos cinco kilómetros, y la dificultad es media-baja. Así que es apta para principiantes. Eso sí, debemos tener en cuenta que presenta algo de desnivel. Pero merecerá la pena cuando cruces uno de sus puentes colgantes, que además están entre los más impresionantes de España, a más de 15 metros de altura y hasta 21 metros de longitud.
Si los puentes no son lo tuyo, siempre puedes acercarte a la Ruta del Charco Azul, con una dificultad y distancia más baja que la de los puentes, y que te guiará por todo el Cañón del río Turia. Además, si vas en verano, podrás parar a darte un baño. Una maravilla.
De todos modos, si buscas una experiencia en la que mimetizarte con la naturaleza pero este tipo de actividades no es para, siempre puedes plantear una escapada a alguna de las seis cabañas más bonitas de España.
Fotos | Pixabay, Unaihuiziphotography en iStock y página web de Chulilla
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