Me encanta la sensación de descubrir un lugar nuevo y pensar que vivimos en un planeta precioso. No me pasa muy a menudo, pero cuando descubrí esta ruta marinera pegadita al mar y llena de cuevas naturales quedé obsesionada. Tanto que no paró de regresar y de llevar conmigo a las personas que quiero, para compartir esa emoción de felicidad.
Se trata de la ruta de las Cuevas de Ajuy, al oeste de la isla de Fuerteventura. Comienza en la playa negra de Ajuy, pegadita al pueblo. La llegada hay que trabajársela, por caminos de tierra sin cobertura, pero prometo que las vistas al otro lado son maravillosas. Ya solo por la playa volcánica, aunque lo mejor se esconde detrás del risco.
Mi mejor amiga y yo con la Playa de Ajuy al fondo
Pegado a la playa hay un acantilado, al que es muy fácil subir porque hay escaleras y barandilla para evitar accidentes. Como veis en la foto, se puede ir hasta en chanclas. Una vez subes el peñón, todo el camino es en línea recta, subiendo y bajando escaleras durante unos 20 minutos con las vistas al océano más salvajes que he visto en la vida.
A la izquierda, el mar rompe salvaje justo debajo de tus pies, formando remolinos y cavidades en la roca. Cuevas que, más adelante, visitaremos. Al fin y al cabo, la ruta se llama Camino de las Cuevas de Ajuy porque termina en dicha cueva, tras una bajada de escaleras considerable.
A tu derecha verás acantilados, rocas escarpadas y formaciones de arena muy curiosas, que se han endurecido durante miles de años y formado esculturas naturales alucinantes. El resultado es una fiesta de colores azules y marrones que te hace desconectar de todo.
Al final del camino encontramos el interior de la cueva, declarada Monumento Natural desde 1987. Se estima que emergió del mar hace 10000 años y es uno de los 150 lugares con mayor interés geológico del mundo. Además, a su alrededor aún quedan vestigios de hornos de cal, la industria por excelencia de Fuerteventura en siglos pasados.
Dentro de la cueva se abren caminos, laberintos y recovecos por los que se cuela la luz del sol. También hay cangrejos y unas vistas espectaculares, con las olas rompiendo en la entrada de la cueva sin llegar a entrar en el interior. Para mí no hay senderismo más bonito que este.
Fotos | Visit Fuerteventura, @pepatatas.
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