Después de que España haya vivido este fin de semana su primera ola de calor de riesgo del año, y los vestidos vaporosos no sean suficientes para afrontarlo, hemos pensado en viajar para reducir las temperaturas, y el lugar elegido ha sido Burgos, una provincia que esconde un paraíso de piscinas naturales y cascadas.
Se llama Las Merindades y es uno de esos parajes naturales que nos refrescan solo con ver algunas fotos. Un turismo de naturaleza en el que el agua ha marcado la zona y que tiene cascadas y piscinas naturales perfectas para darnos un chapuzón en plena ola de calor.
El sitio nos lo ha descubierto National Geographic, que siempre tiene recomendaciones maravillosas y es una de las entidades que más sabe sobre geografía, cultura y patrimonio histórico.
Una ruta por Las Merindades, el lugar perfecto para huir de la ola de calor
La comarca de las Merindades es una de las más septentrionales de la península sin salida al mar, y es la unión perfecta entre patrimonio histórico y naturaleza.
El Valle de Tobalina
En Pedrosa de Tobalina nos encontramos con la cascada de Pedrosa de Tobalina llamada El Peñón, una cascada de 110 metros de ancho y 20 de alto en el río Jerea, al sur de Las Merindades. La llegada al Valle de Tobalina del río no puede ser más espectacular.
Una parte del Valle de Tobalina se encuentra dentro del Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil. Un espacio de enorme interés geológico, geomorfológico y reserva de la biodiversidad, donde se incluye la espectacular cascada del Peñón. En la zona además, podremos disfrutar del desfiladero y embalse de Sobrón, además de Herrán, un conjunto aún conserva su estructura medieval y enamora con sus estrechas calles llenas de casonas solariegas de los siglos XVII y XVIII.
El entorno de Herrán tiene yacimientos únicos como la calzada romana vía Erelma, pero en el Valle de Tobalina hay varios yacimientos y necrópolis altomedievales como la de Pajares, una necrópolis con cerca de 100 enterramientos y trabajos rupestres de época tardorromana (ss. IV-V) y altomedieval (ss. VIII-XI), o la que se encuentra sobre el pueblo de Quintana María, en la Peña de San Clemente, con 40 tumbas y restos de una ermita semirrupestre.
La cuevas de Ojo Guareña
También en Las Merindades podemos disfrutar del Complejo Kárstico de Ojo Guareña, una zona con más de 100 km de galerías que han sido talladas por la erosión del río Guareña y el río Trema. A lo largo de la historia han pasado de ser un santuario en el Paleolítico y un lugar en el que vivían en la Prehistoria, a lugar de reunión del concejo de la Merindad durante 1.000 años.
Se puede visitar desde la Ermita rupestre de San Bernabé o desde la Cueva Palomera en un recorrido en el que adentras en la tierra y que tiene acceso restringido previa compra de entradas.
La Cascada de Peñaladros
Dicen que la Cascada de Peñaladros es la más bonita de Burgos, y desde luego lo parece. Está escondida en la parte más profunda del Valle de Angulo y se accede a ella desde Cozuela. Treinta metros de espectacular caída escondida entre un exuberante paisaje hacen de esta cascada formada por las aguas del río San Miguel, una de las joyas ocultas de Burgos que nada tiene que envidiar a las piscinas naturales más bonitas de España.
Orbaneja del Castillo
Puede que este pueblo atravesado por una cascada sea el pueblo más bonito de Burgos, y durante los últimos años se ha convertido en destino rural por excelencia. La culpa la tienen sus estrechas callejuelas medievales, en las que siempre suena el rumor del agua. Es un imperdible de la zona, sin duda. Y en verano, podemos bañarnos en las pozas al pie de los saltos de agua del pueblo.
Puentedey
Es sin duda uno de los pueblos más bonitos de España. Con solo 50 habitantes y asentado sobre un puente de piedra natural, visitar Puentedey es hacer la escapada rural perfecta.
El puente de piedra sobre el que se formó el pueblo tardó 90 millones de años en crearse gracias a la erosión del río Nela, pero no es el único monumento del lugar. La iglesia de San Pelayo, un sencillo templo románico, o el palacio de los Brizuela de los siglos XV y XVI, son visita obligada en este precioso pueblo de la comarca de Las Merindades.
Tobera y Frías
Ya te hablamos de Tobera, una localidad rodeada de cascadas y con un camino de un kilómetro conocido como el paseo del Molinar. Recorre el cauce del río y está repleto de miradores, puentes y saltos de agua. Naturaleza en estado puro.
Cerca está Frías, una localidad a los pies de los Montes Obarenes, encaramada sobre la abrupta plataforma de toba conocida como “La Muela”. La ciudad de Frías es el mirador perfecto para contemplar el valle de Tobalina y el río Ebro. Además de las cascadas de este pueblo, y sobre su conjunto urbano descubrimos un pequeño puente medieval, el Humilladero y la ermita de Santa María de la Hoz.
La piscina natural de Espinosa de los Monteros
Situado en la presa de Espinosa de los Monteros, junto a la Torre de los Velasco, nos encontramos con la piscina natural de Espinosa de los Monteros, que se llena cada año con el agua del río Trueba.
Muy cerca se encuentra la cascada de los atrancos, un salto de agua visitable todo el año y con un encanto diferente en cada estación.
Fotos | Turismo Las Merindades, iStock
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