Me encanta todo lo que hace este chico, Erdem Moralioglu. Nacido en Montreal pero criado en Birmingham y de padre turco, estudió en el Royal College of Art de Londres y trabajó a las órdenes de Diane Von Fustenberg ante de lanzar su carrera en solitario. Sus propuestas son bonitas y romántica. Esta colección me ha recordado en cierta medida al preciosismo de Josep Font, pero sin ademanes de Alta Costura.
Sus mujeres, entre victorianas y setentetas, entre ninfas y caperucitas etéreas, visten vestidos vaporosos; realizado en encaje francés o chifón de seda tintada, con cuello halter, o cuello vuelto, y en colores principalmente pastel o ácidos.
Da gusto asistir a un espéctaculo tan calmado y mimoso en una Semana de la Moda que se caracteriza por su vanguardia extremada.
No son vestidos corrientes, pero para un día de campo en plan cesta y manta, son ideales; muy bucólicos y quizaás empalagosos, pero no em digáis que no es una halo necesario entre tanto legging, tanto negro, y tanta androgínia y tanto Gareth Pugh de turno.
Yo seré tonta, pero los estampados de flores me chiflan. Este vesido por ejemplo, en amarillo limón, es una delicia, no es nada ñoño y es muy femenino; nada de perversión ni provocación que es lo que parece querer vender Londres a toda costa.
Keira Knightley vistió una de sus creaciones el pasado junio en la presentación de "The Edge of Love" junto a Sienna Miller (y aquí la tenéis) y ya es una de sus incondicionales.
Aunque su proyección internacional es paulatina y nada escandalosa ya vende en Barney's y expuso una de sus creaciones en la exposición itinerante de Anglomania en el Metropolitan de Nueva York en 2006.
Va poco a poco, pero su dominio e los estampados y su punto surrealista y oscuro, estoy segura de que le van a propiciar grandes éxitos a este jóvn diseñador, que afortunadamente, nada tiene que ver con Henry Holland y compañía.
