Es curioso que estemos todavía en pleno invierno, y ya huela a primavera en todos los sitios, cuando uno vive en una ciudad de clima cálido, esta se adelanta irremediablemente y en pleno enero se puede disfrutar de temperaturas totalmente primaverales, si a esto le sumamos que los escaparates cambian de cara y nos ofrecen sus colores y formas más alegres, es inevitable que pasemos página.
Por eso, aparte de colecciones os empezamos a traer las tendencias en forma de clave que se van a llevar en unos meses y con un poco de suerte y la climatología de cara, mucho antes. Hace ya unos años que las prendas típicamente sport ha dejado de ser una categoría secundaria en la vestimenta femenina y han pasado del gimnasio, a la calle para integrarse con total normalidad en nuestro uniforme diario.
Los leggings, las sudaderas, las tank tops, y los tejidos tecnológicos forman parte ya del paisaje urbano de cualquier ciudad y con ellos hemos ganado en algo primordial: comodidad.
Y cuando hablo de sport, no em refiero al chándal. Al menos no en su versión total look: y es que se pueden combinar perfectamente unos ciclistas con un cárdigan de punto finísimo y estar estupenda, o un pantalón satinado tipo boxeador con un top de seda y estar divina.
Lo mismo que una sudadera cortada al más puro estilo estrella de la NBA, con un pantalón de piel, y no pasa nada, por Alexander Wang, el máxime artífice del sport grunge (y sino pasad y ver su colección de verano).
Los shorts, culottes y bermudas son otra de las claves del sport que viene, y Erin Fetherston, Iceberg, o Dries Van Noten nos hacen tomar nota de sus magníficos looks.
Aunque los vestidos también son otra de las prendas que pegan fuerte en este campo, como este de Donna Karan.
Aunque no hace falta decir que la firma americana Gap en la reina en esta categoría.
Balenciaga es de los que interpreta el sport de manera cero convencional, y es que Ghesquière ha basado la totalidad de su colección de primavera-verano 2009 en prendas pegadísimas al cuerpo a base de lycras y lúrex, un poco de ciencia-ficción, la verdad, pero eso sí, de lo más confortables y prácticas y a años luz del ladylike o el espíritu vintage.
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