Miley Cyrus es capaz de lo mejor y de lo peor en un mismo día, concretamente en un mismo evento. Ni siquiera el Dr. Jekyll reconocería tal transformación. Ella es capaz de brillar sobre una alfombra roja al tiempo que luego perder completamente el rumbo. Trastorno bipolar al vestir como próxima causa a curar. ¿Ángel o demonio? Ni Papá Noel tiene la respuesta.
Con motivo de la gala navideña de la radio neoyorquina Z100 Miley Cyrus demostró sobre la alfombra roja previa al evento que sí sabe vestir bien cuando quiere (o cuando quieren que lo haga). Con este conjunto Maison Martin Margiela (combinado con sandalias de Céline) guarda el estilo moderno y provocativo que quiere dar al tiempo que pisa tierra.
Me gustó la blusa sin mangas y de cuello Mao, con el panel frontal más tupido junto con el bandeau interior en negro. Igual que los pantalones de talle alto con un generoso tallaje en las piernas evitando cualquier detalle ceñido. Un look raro para lo que nos tiene acostumbrados.
Pero no todo lo bueno dura demasiado. Cuando Miley Cyrus actuó sobre el escenario se volvió a transformar y volvió a hacer su ridículo show de erotismo barato vestida de Navidad con un diminuto conjunto de body convertido en dos partes separadas para lucir ombligo que acompañó con unas botas de cowboy en blanco hortera.
Ángel o demonio.
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