Si eres recién aficionada a los cuidados cosméticos, quiero darte un buen consejo: antes de elegir una crema, decide qué tipo de piel tienes. A veces es fácil porque los indicios son claros. Otras, no tanto. ¿Es eso importante? Sí, mucho, porque si te aplicas un cosmético inadecuado, los resultados serán decepcionantes. ¿Sabes a quién preguntar qué tipo de piel tienes?
Debes averiguar si tienes una piel mixta, normal, grasa o seca. Son los cuatro tipos básicos de piel. Aunque no es todo, tu piel puede tener necesidades a cubrir como la deshidratación, la asfixia o acné, entre otros.
Pregunta al profesional, al experto, a quien tiene experiencia. La esteticista es la profesional que puede aclararte qué tipo de piel tienes y qué necesidades tiene. Habla con ella, deja que te pregunte, que mire y toque tu piel. Seguramente el centro de belleza te ofrezca marcas de cosmética profesional, un punto de venta en el que no pensamos hasta que nos acercamos para una limpieza de cutis.
A nivel de dependientas de perfumería, es un debate que abrimos en este post y que no terminará hasta que regulen esta profesión. Las hay expertas y las hay que … no lo son. Pero como en todos los sectores, ni más ni menos. Hay muchas dependientas con un nivel profesional envidiable tras los mostradores. Ellas pueden ayudarte a elegir el cosmético adecuado a tu piel.
Por último, la dermatóloga. Los dermatólogos son profesionales de enfermedades de la piel. Si tienes un problema específico como por ejemplo acné severo, vitíligo o lunares sospechosos (siempre es mejor descartar anomalías), son los indicados para que te aconsejen o te saquen de dudas. En cambio, no son los indicados para aconsejarte sobre un tónico facial, qué serum te conviene en este momento o recomendarte una base de color con protección solar. A cada profesional, su tarea de experto.
Fotos | krystle
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