Después de haber estado encerrados durante todo el invierno, es posible que nuestros pies estén secos y nuestros talones agrietados. Pues bien, esta mañana, al abrir la ventana para ventilar la habitación, he visto que lucía un sol espléndido y que ya olía a primavera.
Aprovechando que mi hijo no tenía que ir al cole, y que disponía de un poquito más de tiempo para mi, he probado un nuevo tratamiento para mis pies que descubrí el otro día por casualidad en la farmacia y que, me llamó mucho la atención.
El tratamiento, en forma de calcetín, parecía fácil y cómodo de usar - siempre que se dispusiese de un par de horitas para podérselas dedicar. Lo primero que hay que hacer es darse una ducha. Después de secarnos bien, abriremos la cajita que lleva dentro un sobre herméticamente cerrado. En su interior contiene dos calcetines de plástico, parecidos a los que se utilizan para jugar al golf, que también vienen precintados.
Como os decía, sólo hay que introducir el pie dentro de un calcetín de plástico embadurnado por dentro con una especie de gel que, por lo visto, contiene una cuidadosa selección de enzimas y de ácidos que aseguran que las moléculas puedan penetrar en las capas de las células muertas, poniendo en marcha la exfoliación de las mismas.
Según el prospecto, entre los principios activos contenidos en la fórmula hay colágeno para reforzar su hidratación, hialuronato de sodio para fijar el agua en la piel, extracto de aloe que facilita la regeneración de las células dañadas, ácido glicólico que favorece la descamación natural, extracto de pepino de acción emoliente y astringente y ácido salicílico que actúa sobre la queratina.
Después de 90 minutos, hay que retirar los calcetines de plástico, y darse una nueva ducha con agua caliente para eliminar el gel restante. Según parece, una sola aplicación es suficiente, y los callos y durezas comenzarán a desprenderse a partir del cuarto día sin tener que utilizar raspadores ni intentar despegar las callosidades con los dedos.
De momento, he podido comprobar que además de exfoliar y suavizar la piel, el producto también reactiva la circulación, aunque el resultado final no lo podré ver bien hasta que no pasen unos diez días.
Teniendo en cuenta que el producto cuesta 13,50 euros, me ha parecido una buena opción para una pedicura sencilla y cómoda sin tener salir de casa. La farmacéutica me dijo que el producto se vendía como rosquillas. ¡Por algo será!, ¿no os parece?
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