Es verano, mostramos los pies, nos pintamos las uñas y nos hacemos una mini-pedicura en casa. Hasta aquí todo normal, aunque yo os aconsejo que busquéis un buen centro, donde os hagan la pedicura como os gusta, y seáis fieles. Lucir unos pies bonitos es esencial para estar arrebatadoras en la época veraniega y cualquier cuidado que les demos nunca es suficiente.
La llamada "hojilla de pedicura" se usa en algunos centros para raspar las durezas del talón. También la usan con regularidad los podólogos para tratar algunos problemas podológicos. Se trata de la herramienta que veis en la foto, que lleva una pequeña cuchilla, similar a las de afeitarse, y que hace su función muy bien. Algunas personas (entre ellas yo) la tenemos en casa para utilizarse esporádicamente en el cuidado del pie.
Sin embargo esta hojilla puede ser peligrosa: si el talón está demasiado exfoliado y no hay suficiente dureza para "raspar" podéis llegar a haceros una herida bastante fea y desagradable. Además os desaconsejo totalmente utilizarla para otra cosa que no sea el talón (durezas en planta, en dedos o nudillos etc). Para estos casos mejor acudir a la clínica podológica.
Si queréis utilizarla bien seguid estos consejos:
Pasar la piedra pómez por el talón es esencial y no perjudicará las posibilidades de poder usar la hojilla posteriormente.
Lava el pie tras la piedra pómez y aplica crema con urea (por ejemplo Ureadin).
Una vez que el pie ya no está totalmente seco puedes ir raspando, muy levemente, con la hojilla, por las partes más gruesas. Si ves que la dureza es estrecha no la utilices.
Si notas molestia o sangrado en algún momento, deja de utilizarla y desinfecta la herida. Puedes después aplicar un producto con yodo como Betadine.
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