Durante todo el año cuido mis pies: uñas pintadas e hidratación son determinantes. Me da igual lucirlos poco, lo hago por mi, me gusta muchísimo sentirlos y verlos mimados cada vez que los miro. Sin embargo, debo reconocer que su momento culminante es el verano.
Es ahora cuando unas simples atenciones pueden llegar a convertirlos en uno de los protagonistas claves de belleza. Lo mejor es que en un tiempo récord, el resultado del más mínimo detalle es sorprendente y duradero. Si disfrutar y lucir unos pies preciosos es uno de tus objetivos de estética este verano, te recuerdo algunos de los tips más sencillos y agradecidos, perfectos para llevar a cabo en estas fechas.
Puesta a punto
Antes de comenzar, sé objetiva. Mira tus pies y decide si se impone una pedicura profesional. Puede que hayas dejado de lado su cuidado demasiado tiempo. Si es así, toma la decisión, un servicio de pedicura no es caro y sus efectos se mantienen durante una larga temporada.
Tanto en salón como en casa, anímate a elegir un color de uñas que realmente te apetezca. ¡Date un capricho! Es verano y hay un montón de tonos divertidos para elegir. Sólo un aviso, antes de decidirte, ten en cuenta si vas a broncear tu piel, porque entonces puedes optar por casi cualquier color con la seguridad de que será un éxito. En caso contrario, elige uno que armonice con la piel clara.
Cuando tomes el sol, no olvides aplicar un protector solar en el empeine y los dedos de pie. Puede que te sorprenda esta recomendación, pero si te fijas, casi siempre aplicamos la crema en las piernas y dejamos a un lado el cuidado de los pies. Más aun cuando lo hacemos en la playa y la arena dificulta la tarea.
Exfoliar una vez por semana es una manera estupenda y fácil de mantener su cuidado sin apenas darte cuenta. Un producto en scrub además te dará la oportunidad de disfrutar de un masaje muy estimulante.
Si tienes ocasión, camina descalza por la orilla del mar. Es una auténtica cura de belleza para los pies. En unos días notarás el cambio no sólo en la planta, en su aspecto general. Los tendrás como un bebé.
Hidrátalos todas las las veces que puedas. Ahora resulta más fácil utilizar una crema que en invierno, porque pasamos más horas descalzos.
Unos detalles para recordar
Evita el calzado justo y cerrado, ten en cuenta que el calor dilata los pies y tus zapatos puede llegar a comprimirlos sólo por el efecto de las altas temperaturas.
Descálzate siempre que puedas, dejarlos “libres”, caminar sin calzado es una manera de premiarlos después de todo un año.
Si utilizas sandalias con tiras, cintas o lazadas, vigila que queden holgadas y no dificulten la circulación o resulten molestas.
Refréscalos siempre que puedas, en la orilla del mar, la piscina, incluso en la ducha de casa. Una manera sencillísima de tonificarlos y activar la circulación.
Intenta mantener los pies en alto en cuanto tengas oportunidad, una forma de aliviar la presión y el peso que sostienen.
Cuando llegue el momento de salir con sandalias, recuerda aplicar un poquito de aceite o crema en el empeine. Un bonito esmalte y este detalle, proporciona un resultado espectacular.
En definitiva, se trata de mimar los pies, una de las partes más seductoras y agradecidas de nuestro cuerpo. En verano, ese plus que, con un poco de atención, puedes hacer extraordinario. ¿No creéis que se lo merecen?
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