Tienes pendiente arreglarte las cejas desde hace días y por fín encuentras el momento apropiado. Con el pincel en mano, tu pinza y el espejo de mano realizas la operación perfilado perfecto. Han quedado fantásticas.
Por la mañana, es otra cosa. ¿Cómo no viste esos pelillos que sobran?. Qué rabia, tanto trabajo para que te quedaran las cejas a medio depilar: la luz de tu habitación o de tu cuarto de baño es insuficiente.
Una de dos: o cambias esa luz e instalas una nueva lámpara o utilizas el truco de la sombra clara satinada.
Aplícate una sombra de color blanco o beig, cuanto más satinada mejor, por la zona a depilar: verás como salen a la luz los pelitos que pasaban desapercibidos. ¡Quítalos todos sin piedad!
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