Clarins lleva años desarrollado el arte del tacto creando una verdadera experiencia sensorial de bienestar y belleza. Los terapeutas que trabajan para la marca realizan tratamientos personalizados incorporando a todos sus conocimientos técnicos y a su sensibilidad, ingredientes específicamente desarrollados.
Para la firma, el tacto representa la ciencia de la que nacen las texturas de los productos, y las maniobras de los tratamientos. Esta continua búsqueda les ha permitido desarrollar una serie de protocolos precisos. En el Le Max Wellness Club del hotel Wellington de Madrid lo sabían, por eso no han dudado en asociarse con Clarins.
En opinión de Dominique Rist, directora de tratamientos y formación, ninguna herramienta ni máquina tiene tantas posibilidades perceptivas, formas de expresión o habilidades como la mano humana.
Yo no tenía ni idea pero, por lo visto, nuestras manos están compuestas por 27 huesos, 33 articulaciones y más de 20 músculos que trabajan juntos permitiendo que se flexionen, se extiendan o se muevan como deseen. Además, nuestros dedos tienen más de 2.000 terminaciones nerviosas lo que hacen que posean un sensibilidad táctil difícil de superar.
Para los esteticistas formados en Clarins, cada cuerpo y cada rostro es un nuevo territorio. Con sus manos distinguen relieves y texturas. Mediante presiones de las yemas de los dedos o con la palma de la mano exploran los contornos.
Las manos de los terapeutas son capaces de percibir las líneas de fuerza y las debilidades. Sus pulgares se detienen en los puntos adecuados para desanudar tensiones, y sus palmas revitalizan, desde lo más profundo, los flujos de energía.
El Método de Presiones Clarins es la quitaesencia de los tratamientos de la firma, fruto de la experiencia y de una continuada búsqueda. Todos los productos aplicados en cada uno de los pasos que conforman este protocolo se calientan entre las manos. Este sencillo gesto ha demostrado que los principios activos penetran mejor.
Los esteticistas aplican los productos mediante ligeras y controladas presiones. En el cuerpo estas ligeras presiones se perciben como caricias envolventes de forma sensorial.
Estas maniobras precisas, ejercidas con una presión moderada, activan la circulación linfática, favoreciendo un perfecto drenaje de efecto prolongado, proporcionando un gran bienestar y luminosidad en el rostro.
Las presiones ejercidas en puntos concretos modelan el rostro y el cuerpo, eliminando los signos de fatiga, y atenuando las arrugas más profundas.
Este compromiso por la excelencia y la constante innovación da lugar a ese bienestar del cuerpo y de la mente, que ha hecho tan famosos los tratamientos de la marca. ¿Quién se anima?
Más información | Le Max Wellness Club Wellington En Trendencias Belleza | The Essentials Eye Palette de Clarins, su propuesta más ecofriendly