Charlene Wittstock es una princesa de cuento de hadas, como la princesa Catherine, duquesa de Cambridge. La diferencia entre ellas es que Charlene ha cultivado un perfil mucho más sencillo y alejado de las cámaras, quizás porque después de toda la exposición mediática de la vida y obra de la princesa Carolina de Mónaco, el principado estaba listo para un poco de quietud.
Pero ya es tiempo de que fijemos nuestra atención en esta deportista profesional, porque será la próxima novia real del 2011. La boda ha sido anunciada para el 1 y 2 de julio, así que tomemos esta oportunidad para ver a la futura Alteza Serenísima de Mónaco (si recibe el mismo título de la princesa Grace Kelly).
Otra vez, como me pasó en la cena, siento que algo falta para que el look sea perfecto. La elección del abrigo y el sombrero me parece perfecta, muy clásico y elegante (realmente no comprendo el amor por los sombreros extravagantes de la realeza británica).
Pero fijaos en su rostro, en cómo el sombrero ensombrece su rostro y enfatiza los ojos hundidos de Charlene, haciendo parecer el ahumado casi un moretón. Es posible que con una luz mejor el efecto sea el esperado, aunque eso no podremos saberlo sin verla en directo.
Un poco más de luz en el rostro, aplicando sombras más claras en vez de oscuras, que permite de todos modos delinear los ojos y destacarlos, hubiera sido mucho más bonito, porque la futura princesa tiene unos ojos grises muy bonitos.
¿Qué os parece?
Imagen | Agencia Gtres
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