Esta noticia me ha dejado muda. Shasha Bennington es una niña británica de once años y gasta más de 400 euros al mes en… maquillaje. Bueno, ella no, lo paga su madre. ¿Y todo por qué? Por querer ser como Barbie y en un futuro próximo convertirse en una celebritie.
Lleva extensiones, se da sesiones de rayos UVA, sus manos están adornadas con uñas postizas desde los ocho años y se maquilla absolutamente todos los días. Y su madre encantada porque quiere que su hija sea famosa algún día. De hecho, ya han acudido a varios certámenes de belleza y programas de televisión.
El parecido con Barbie lo ha conseguido, pero ha perdido la belleza y el color de su piel infantil, fina y perfecta, su cabello castaño, sus peinados con coletas… ¿Y todo por qué? Por alcanzar un ideal de belleza impropio de su edad y que realmente no existe. Se ha hecho, literalmente, adicta a los cosméticos, tratamientos y maquillajes.
No tengo palabras para la madre, modelo frustrada, que dice que no es para tanto puesto que “las extensiones se quitan, el maquillaje no es permanente y las uñas se despegan”. En fin, el daño que está haciendo en su hija es mucho más grande que el que puedan hacer todos esos tratamientos agresivos en su piel. Una lástima.
Recuerdo cuando hace unos días os presenté los maletines de maquillaje para niñas, o las referencias que hacemos en Arrebatadora a lo mucho que nos gustaba jugar de pequeña con las pinturas de mamá. Pues eso, jugar. Pero esto… ¡de ninguna manera!
Via | Andina, Terra Perú
Más Información | Daily Mail