Quien más y quien menos, alguna vez ha entrado a una sauna o al menos conoce a alguien que la ha utilizado. Numerosas son las propiedades y características de esta técnica milenaria que permanece prácticamente intacta a lo largo de los años.
Lo primero que debemos saber acerca de la sauna es que existen distintos tipos de saunas con distintas características y propiedades. Las más conocidas son las saunas finlandesas pero también existen los baños turcos o rusos, aunque mucha gente tiene la costumbre de no diferenciarlas y de denominar sauna a ambas.
La sauna finlandesa o también conocida como baño de calor seco o sauna seca se diferencia de los baños turcos o de vapor, precisamente en eso, en el vapor. Mientras que la sauna finlandesa consiste en un baño de aire seco, en los baños turcos el vapor de agua es el protagonista.
En este post os voy a hablar de la sauna finlandesa, de sus instalaciones, sus beneficios y características y próximamente lo haremos con los baños turcos.
Las instalaciones de una sauna finlandesa
Debe de ser un habitáculo de madera sin tratar, este dato es muy importante, ya que de esta manera la madera podrá absorber la humedad cuando la haya en exceso y liberarla cuando se necesite.
Lo primero que vemos al entrar en una sauna finlandesa es que hay bancos a diferentes alturas, esto se debe a que el calor va ascendiendo por lo que en los bancos superiores es donde mayor temperatura se concentra.
Además, dentro de la sauna nos encontraremos con un calentador eléctrico con un depósito para piedras de volcan, sobre éstas se vierte el agua que se evaporará produciendo así un golpe de vapor, se realizará después de 10 o 15 minutos que se haya permanecido en la sauna.
Temperatura y humedad en una sauna finlandesa
En la sauna la temperatura oscila entre los 70 y 110 grados aunque puede variar según las alturas, ya que en los bancos inferiores podemos estar entre 40/50 grados y en los superiores sobre los 100/110 grados, aunque suene a cifras escandalosas, la verdad que se puede soportar gracias a la baja humedad.
Lo importante de la sauna finlandesa es que la humedad no será superior al 25% sólo aumentará cuando provoquemos el golpe de vapor vertiendo el agua sobre las piedras. Es por ello que se hace más que recomendable cubrir el pelo con una toalla húmeda, o aplicar algún tipo de mascarilla para evitar que el pelo se nos reseque en exceso.
Los beneficios estéticos de la sauna finlandesa
Los beneficios que podemos encontrar en una sauna finlandesa son varios, siendo quizás el más importante la eliminación de residuos tóxicos en la piel y su acción descontaminante, gracias a la gran dilatación que se produce en los poros.
Además también encontraremos entre sus propiedades y beneficios los siguientes:
Es ideal para la renovación de la epidermis ya que favorece la descamación de la capa córnea, es decir, conseguiremos una mayor suavidad en la piel.
Los músculos ganan elasticidad.
Es innegable el efecto relajante en cuanto te sientas y notas el calor.
Mucha gente se piensa que la principal característica de la sauna es para perder peso, pero nada más lejos de la realidad, ya que es un efecto fugaz. Lo que se pierde es agua que volvemos a recuperar en cuanto salgamos.
Ya sabéis, lo mejor para perder peso es dieta y ejercicio, y la sauna, siempre podrá ser un complemento, pero nunca la única opción.
También es importante recalcar que no es apta para todos los públicos, por ejemplo si se tiene la tensión baja ya que el calor produciría una dilatación de las venas y arterias provocando una mayor bajada de tensión, tampoco lo es para las embarazadas y para las personas con problemas de circulación.
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