Siempre he cuidado mis dientes. Estoy convencida de que una bonita sonrisa es la mejor tarjeta de presentación. Si leéis habitualmente mis post, recordaréis el procedimiento de blanqueamiento dental al que me sometí hace unos meses. Uno de los mejores y más agradecidos tratamientos de belleza cuantos he llevado a cabo por resultado y porque tengo claro que una boca cuidada realza al máximo la armonía del rostro.
En verano estamos muchas horas bajo la luz natural, la más reveladora que hay, su efecto acentúa poderosamente todos los defectos. En estos días, bajo el sol, sonreímos y reímos, puede que más que en ningún otro momento del año, pero atención: todo queda al descubierto. Tengo claro que el efecto de la sonrisa que veo en el espejo, no es la misma que muestro en el exterior. Podéis hacer la prueba: mirad vuestros dientes con luz interior y después hacedlo bajo la luz del sol. Si el efecto os decepciona, no os preocupéis, mejorarlo sustancialmente es posible tan sólo con una una pautas sencillísimas y muy agradables…
Dientes, dientes...
El cepillado ha de ser consciente, puede que os parezca extraña esta afirmación, pero por experiencia sé que muchas veces lo llevamos a cabo de manera mecánica. Para hacerlo de forma efectiva, ha de ser una acción minuciosa y hacerlo después de cada comida. Si en vacaciones os resulta más difícil cumplir este protocolo siempre podéis recurrir al clásico chicle o lo que yo hago, morder una manzana.
No deberíamos olvidar pasar el hilo dental. Si observásemos regularmente los dientes nos daríamos cuenta de que muchas veces el cepillado no es suficiente. Es imprescindible pasarlo con suavidad, siguiendo la curvas naturales de las encías, tanto en los dientes visibles como el los molares y "escondites". El resultado merece la pena,tanto por estética como por higiene bucal.
No os alarméis por las manchas que podéis llegar a ver en vuestros dientes porque la mayoría de ellas se eliminan fácilmente con una simple limpieza en la consulta; una de esas que se deberíamos practicar una vez al año como mínimo.
En cuanto a un tono bonito en los dientes, como en todo, existen trucos para resaltar lo bueno. ¿Sabéis que hay colores de barras de labios que potencian a nivel máximo su color blanco? El rojo es uno de ellos. Otros, por el contrario, pueden llegar a causar o acentuar una tonalidad más amarillenta, si queréis huir de este efecto, evitad los colores anaranjados en vuestro labios.
Si habéis llevado un blanqueamiento en los últimos meses, este puede ser uno de los mejores momentos para aplicar un fugaz recordatorio.
En la variedad está el gusto
A la hora de viajar, no olvidéis elegir un cepillo con funda para mantener de la mejor forma posible la higiene. Además, hoy los contamos con, prácticamente, un modelo específico para cada necesidad y sensibilidad: suaves, medios, duros, y cabezales de diferentes tamaños y formas. Hay tantos cepillos, estéticas y colores, todos tan diferentes y bonitos que se han convertido en un capricho más de belleza.
En cuanto a las pastas dentífricas, hay que aprovechar la variedad que hay, para elegir la más conveniente a cada necesidad y disfrutar su efecto casi, casi "personalizado". ¿Os recuerdo algunas? Blaquedoras, para encías sensibles, fluoradas, anticaries…, ¡por no hablar de sabores!
Es muy conveniente limpiar la lengua, cada noche, de forma individual, bien pasando el cepillo, si es suave, o utilizando unos limpiadores linguales que se venden en farmacia.
Enjuagarse con un colutorio una vez al día, es fundamental para higienizar, desinfectar o en su caso tratar alguna de esas llagas tan comunes en verano. Algunos "salvajes", otros "deliciosos", los menos no tan buenos, hay que saber distinguir los que son meros preparados para enjuagar de aquellos otros destinados a tratar las llagas o úlceras. El motivo es que algunos de estos últimos pueden llevar en su fórmula algún componente que con su uso continuado puede oscurecer mínimamente el color natural del esmalte dental. No os preocupéis, porque llegado el caso, este efecto se elimina fácilmente con una limpieza de consulta. Unicamente sí hay que saber para que es el producto que estamos utilizando.
Mis claves de cuidado
Además de todo lo anterior, siempre he intentado seguir unas pautas saludables de alimentación, evito morder objetos duros, tengo precaución con el vino tinto, bebidas como el té o el café o alimentos con colorantes porque sé que puedo evitar un deterioro precoz o un cambio en el tono.
Cuidar mis dientes es una de las rutinas más saludables, visibles y favorecedoras que puedo hacer por mi. Sé que la constancia es fundamental porque tengo presente que sin una continuidad, los efectos logrados se pierden rápidamente. Por el camino, utilizo productos muy agradables, frescos y tentadores.
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