Conseguir que unos labios estén suaves antes de maquillarlos, con un aspecto sano, sin pieles es posible si recurres a unos cuantos trucos. Pero si además quieres que después de maquillados estén así por mucho tiempo necesitas un pequeño masters como este, labios: preparación, aplicación y fijación.
Los labios son carta de presentación adonde quieras que vayas, todo el mundo se fija en esa parte de nuestra cara cuando habla con la otra persona y en muchas ocasiones cuando hay un problema (calenturas, pieles, heridas, labios cortados) añadido esas miradas se centran más todavía. Una boca voluptuosa y maquillada es un imán para ser mirada, consigues seguridad en ti misma, transmites energía y sensualidad.
La preparación adecuada es apta para realizar todos los días aunque después no te des color en los labios, eso si siempre debes darte cacao después de hacértela.
- Debes masajear los labios al menos durante un minuto con una buena dosis de tu cacao habitual. Así consigues reactivar la circulación, hidratarlos al máximo y hacer que parezcan más grandes y con más grosor al estar más relajados.
- Si notas que después de ese primer paso te pasas la lengua (detecta cualquier imperfección aunque no se vea) y notas pielecillas puedes hacerte un mini peeling labial. Es muy fácil, coge un cepillo de dientes humedécelo un poco y frótate los labios con un masaje circular. Habrá personas que no resistan ese cosquilleo, puedes cambiarlo por un masaje con un poco de azúcar, además no te escocerá nada de nada si tienes alguna heridita en los labios.
- Para acabar repite con una capa de cacao espera unos minutos y quítate el exceso con un poco de papel absorbente.
Es muy importante quitar todos los residuos, incluidas cremas, agua, etc, antes de maquillarlos, conseguimos que después nos dure más y que estén en perfecto estado evitando fugas de color por los surcos de los propios labios.
Una vez realizado estos pasos nuestra boca está preparada para empezar a ser maquillada. La aplicación de un labial se puede convertir en todo un arte consiguiendo al final unos resultados siempre perfectos.
- Una base de maquillaje y siempre que sea necesario un corrector para maquillarlos es necesario si te lo aplicas en general en toda la cara. En verano si renuncias a ellos será lo normal por el calor, pero yo te aconsejo que si apliques corrector en las zonas de los labios que veas que no están totalmente uniforme y en las comisuras de la boca.
- El perfilador se empieza a aplicar por el centro del labio superior y se va extendiendo hacia los laterales sin llegar al final. Después repite la operación con el labio inferior. Recuerda que este proceso debes hacerlo con la boca ligeramente abierta (diciendo la letra A exagerada, no falla) para que el color penetre en todos lo pliegues que a simple vista no se ven. No aprietes el lápiz para conseguir más color, mejor repetir el proceso de nuevo.
- Con un pañuelo quítate el exceso que pueda quedarte del lápiz, coge la barra y aplica sin apretar en lo labios una primera capa. Si se te da bien el pincel yo prefiero aplicarlo así, queda mejor pero si no se te da bien con la yema del dedo puedes salir del paso. Repite la operación hasta conseguir tu color perfecto.
Cuando ya los tengamos pintados hay que conseguir que la fijación nos dure lo más posible, si lo labiales son de larga duración perfecto, pero si no hay que hacer que nos duren con unas cuantas pautas.
- Los labios nunca (pero nunca) hay que frotarlos una vez maquillados, es un acto muy común pero muy mal hábito si queremos que nos duren.
- Los dúos labiales que se venden y unos de ellos es blanco son ideales para conseguir una fijación total. El color se queda intacto y el blanco te va proporcionando humedad e hidratación al labio.
- Un truco que no falla es imaginar que en tus labios hay escrito algo, tienes que beber, comer, fumar (no recomendado) y hablar evitando mentalmente que se puedan borrar esas palabras. Si lo haces con naturalidad conseguirás retener el color horas y horas, además te dará un aspecto muy sensual.
Imagen | aarthyr
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