Os voy a confesar algo: nunca salgo de casa sin máscara de pestañas y cuando digo nunca es nunca. Reconozco que es uno de mis pecados confesables, pero es que de verdad que no me veo bien sin ella, del resto de cosméticos puedo prescindir, casi hasta del gloss (ahí ahí andamos), pero no de mi máscara. Tantos años usándola se ha convertido en un gran imprescindible de mi vida.
Claro, que mi imprescindible tiene un problema cuando llega el verano y voy a la playa o la piscina, ya que corres el peligro de acabar pareciendo un mapache en el momento que te metes a nadar. Por ello os propongo unas alternativas para lucir siempre unas pestañas de impresión hasta debajo del agua…
Máscaras de Pestañas Waterproof, todo un clásico
La opción más plausible y en la que todos podemos pensar en un primer momento para poder llevar las pestañas maquilladas a la playa o piscina es, sin duda, las máscaras waterproof diseñadas para eso, para que no se vayan con el agua.
En el mercado tenemos una amplia variedad como algunas que hemos visto por aquí como por ejemplo la WonderLash waterproof de Oriflame. Sin duda para esto es una buena opción.
Sin embargo yo tengo que confesar (ya puestos lo digo todo) que no me gustan porque a la hora de retirarlas me resulta muy difícil retirarlas por completo. Da igual que use desmaquilladores de ojos especiales para este tipo de máscaras, que jabón y agua, que toallitas, al final me cuesta mucho eliminarlas por lo que a veces me quedan residuos, siempre se me acaba cayendo algún pelito y el resultado final es que también los ojos y los párpados se me irritan, cosa que odio y más para meterme a la cama. Por ello no las uso nunca. Así que toca pensar otras alternativas…
Permanentes y tintes de pestañas, lánzate al agua sin miedo
Una de las opciones que me he planteado este verano antes de irme de vacaciones es la hacerme una permanente y un tinte de mis pestañas. Sí, como lo del cabello, pero en las pestañas, muy práctico.
La permanente de pestañas consiste en rizarlas de manera natural consiguiendo realzar la mirada de la misma forma que nos las curva una máscara o un rizador, incluso mejor. Para este tipo de cosas lo suyo es ir a un centro de belleza especializado, sé que hay algunos packs para hacerlo en casa, pero al igual que nunca me teñiría el cabello en casa, esto mucho menos.
Lo normal, es que para hacer la permanente te pongan una especie de bigudí pequeño, acorde a tus pestañas y a la curvatura que queramos obtener, se aplica el líquido pertinente para fijar y de deja actuar el tiempo recomendado. En menos de una hora lucirás unas pestañas rizadísimas y preciosas.
Obviamente, como toda permanente no es definitiva y los especialistas recomiendan repetir cada tres meses más o menos, sin embargo para entonces ya habrá pasado el verano y ya no me tendré que preocupar porque mi máscara se diluya con el agua y me escurra por la cara.
Claro, que este tratamiento lo mejor es combinarlo con otro que es el tinte de las pestañas, lo cual consiste en básicamente que te apliquen un tinte oscuro que le dé el protagonismo que nos encanta y que buscamos con las máscaras. No tendremos el espesor pero sí el color y el rizado después de todo esto.
Como contraindicaciones podéis imaginar que el el pelo sufre igual que lo hace nuestro cabello con este tipo de cosas, pero no suelen ser muy abrasivos los productos por ser una zona más delicada. Tampoco hay que tener ningún cuidado especial, sólo disfrutar de ellas.
Para que os hagáis una idea de todo el proceso allá va un vídeo…
Yo este año me lo voy a hacer sí o sí, ya os contaré cómo ha ido la experiencia, ¿alguna de vosotras lo ha hecho?
Fotos | Dans Vogue, Refectoril, Facebook de Sephora
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