Hoy no os voy a hablar de una nueva compra, ni de un producto que esté usando desde hace tiempo, hoy os voy a presentar a una amiga mía que lleva junto a mi más de veinte años. Hemos hecho tantas cosas juntas que se me haría difícil no estar sin ella, mi brocha Lancaster.
Creo recordar que fué mi primera compra importante, y cómo importante me refiero al precio, tres mil pesetas de hace más de veinte años no eran moco de pavo, para las que seais de mi quinta lo entendereis. Pues aquí la tengo y muy a mi pesar los años han pasado más por mí que por ella. El mango tiene ligeros golpes y apenas se ven la LAN de Lancaster, la chapa también ha sufrido lo suyo, pero si os fijais en el pelo ¡está intacto!
No me acuerdo jamás maquillándome haberme visto un sólo pelo de la brocha en la cara, ni siquiera cuando la he lavado. A parte el pelo tiene la misma suavidad del principio, es de pelo de caballo o similar, lo cierto es que no me acuerdo, pero aún tengo presente las palabras de aquella dependienta de Galerías Preciados, “esta brocha te durará toda la vida”. Y no se equivocó.
Me gustaría saber si a alguna de vosotras os ha pasado algo igual, ¿teneis algún objeto de cosmética de hace muchos años y le guardais especial cariño?
En Arrebatadora | Guarda bien tus brochas, Aquamarine de Revlon, veinte años junto a mí