Cuando nos marcamos un objetivo es muy usual que comencemos los primeros días o semanas con mucha energía y garra, pero esta sobreexcitación del comienzo va decayendo con el paso del tiempo. Por eso, uno de los puntos más importantes a la hora de conseguir nuestras metas es mantener nuestra motivación.
Tanto en el deporte como en nuestra vida diaria, la motivación debe formar parte de nuestros planes. En anteriores posts hemos visto cómo fijarnos objetivos de forma efectiva, y hoy os contamos unos pequeños trucos para mantener nuestra motivación por las nubes.
Abre tu mente: tú puedes hacerlo
Lo más importante que debes saber a la hora de fijarte una meta es que eres capaz de hacerlo, sea lo que sea. Ya hemos dicho que nuestros objetivos deben ser alcanzables y no desmesurados, de modo que si hemos seguido bien los pasos al fijarlos, éstos estarán a nuestro alcance.
Ya sea correr 10 kilómetros, estudiar inglés o ascender en el trabajo, debes estar segura de que vas a conseguirlo. La primera que debe creer en ti eres tú misma, ya que esto se refleja en nuestro exterior: si crees que puedes, entonces podrás.
Piensa en positivo
¡Basta de ponerte obstáculos! Nadie ha ganado una carrera pensando "No voy a llegar, me voy a cansar a la mitad". Es muy importante que realices afirmaciones positivas y optimistas sobre ti misma. Visualízate consiguiendo eso que tanto deseas, y piensa en todos los beneficios que te va a traer en otras facetas de tu vida.
Si tu objetivo es bajar cinco kilos antes de Navidad, no pienses en las patatas fritas a las que seguramente tendrás que renunciar: imagina la fiesta de Nochevieja donde podrás ponerte tu vestido favorito, o visualízate corriendo la San Silvestre mucho más ligera gracias al equipaje que has dejado por el camino.
Rodéate de gente que te apoye
El apoyo de los demás es tan importante como el tuyo propio. Existen personas que, desde que se levantan, lo único que pueden pensar es en lo horrible que será el día y los muchos problemas que tendrán que resolver. No seas como ellos, y elige una actitud positiva en ti misma y en los demás: la gente que te quiere entenderá que ese objetivo es importante para ti y te dará todo su apoyo y positividad.
Déjate ayudar por las personas adecuadas: aquellas que te conocen, saben qué es importante en tu vida y están dispuestos no sólo a apoyarte, sino también a echarte una mano en caso de que sea necesario. Explica a tu familia y a tus amigos por qué esa meta es tan importante y escucha sus consejos, ¡seguro que te ayudarán!
Copia una estrategia de éxito
Seguro que no eres la primera persona que se pone esa meta en concreto, y que alguien antes que tú ya ha recorrido el mismo camino que vas a hacer. Si él o ella lo ha logrado ¿por qué no copiar su estrategia para conseguirlo? Una persona que conoce las dificultades que encontrarás en tu camino es la más indicada para ayudarte.
Si tu meta es bajar de 50 minutos en una carrera de 10 kilómetros, lo más inteligente es buscar a alguien que ya lo haya hecho y pedir su ayuda. Sabrá exactamente a lo que te enfrentas, y puede orientarte con los pasos que debes dar para alcanzar tu meta.
Comienza el día con mucha energía
El momento de despertarte va a marcar el resto de tu día: piensa en lo que vas a hacer ese día en concreto, qué tareas tienes programadas, cuál es tu planning... y decide llevarlo a cabo de la mejor manera posible. Tú eliges tu actitud ante las circunstancias de tu día a día.
Una frase motivadora en el despertador, una buena canción para despertarte, dejar escrito un mensaje positivo en la pizarra de tu nevera la noche anterior... Son pequeñas cosas que te ayudarán a levantarte de la cama llena de energía y con una gran sonrisa.
¡Que la energía que desprendemos los primeros días no decaiga con el paso del tiempo! ¡Ánimo y a por todas!
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