Sí, sí, habéis oído bien. Cada vez son más las personas que se adhieren a esta tendencia hartas ya de gastar tiempo y dinero en productos llenos de parabenos, sulfatos, siliconas y demás ingredientes - potencialmente dañinos tanto para nuestra salud como para el planeta -, y con los que están formulados la mayoría de los champús, cremas y mascarillas.
¿No os habéis fijado que cuanto más nos lavamos el pelo, más rápido parece ensuciarse? La explicación es muy sencilla. Cuando nos lavamos el pelo, los ingredientes agresivos de los champús eliminan el sebo (el aceite natural que produce nuestro cuerpo necesario para la protección del cuero cabelludo). Para compensar esta carencia, nuestro cuerpo produce mayor cantidad. Como nos lavamos el pelo con demasiada frecuencia, el resultado suelen ser raíces grasas y puntas secas porque al sebo no le da tiempo a repartirse ni llegar hasta las puntas.
La alternativa consiste en dejar de lavarse el pelo con estos champús, y aclararlo con agua mientras nos duchamos. El método requiere de un período de transición. Primero hay que comenzar por espaciar los lavados de cabeza; luego nos tenemos que acostumbrar a cepillarnos el pelo desde la raíz hasta las puntas para repartir bien la grasa que se irá formando, durante 2 o 3 minutos. Ya se que suena asqueroso, pero por favor, seguir leyendo hasta el final.
Muy importante lavar el peine todos los días frotándolo con jabón, y retirar todos los pelos que se queden enganchados a él. Quienes tengan el pelo muy rizado, que utilicen para desenredarlo un peine de madera, y que luego se humedezcan el cabello para rehacer sus rizos.
A continuación, ya podemos aplicarnos la solución milagrosa, una mezcla de bicarbonato de sodio con vinagre de sidra, que nos aplicaremos como si fuese un champú, y que luego nos aclararemos con abundante agua.
Gracias a este cóctel, las fans convencidas del “No poo” sólo se lavan el pelo con la mezcla de bicarbonato y vinagre… ¡¡una vez al mes!! Si buscáis en Internet, veréis que cada vez son más los blogs de belleza que hablan de esta tendencia.
Importante no abusar del bicarbonato porque tiene un pH más alcalino que el del cuero cabelludo, pudiendo producir irritación, y su uso continuado puede decolorar el cabello. El vinagre, al ser un ácido, también puede provocar irritación. Francamente, no se si me atreveré a dar el paso. Yo no lo veo adecuado para personas con dermatitis seborreica o psoriasis.
Lo que me parece más difícil, por no decir impensable, es esa etapa que nos aconseja no lavarnos el pelo durante todo un mes. En los foros del “No poo” proponen utilizar fécula de maíz (la Maizena de toda la vida) para realizar champús en seco (por lo visto la fécula es el ingrediente principal de este tipo de champús), pero la imagen del cuero cabelludo lleno de harina, y el pelo seco y disparado no me atrae en absoluto.
Por lo visto hay que ser pacientes. Es un método, que según quienes lo siguen a raja tabla, proporciona excelentes resultados a medio plazo (de seis meses a un año). ¡Si dispusiera de cuatro semanas de vacaciones en una isla desierta igual hasta me lo pensaría! ¡Alguna de vosotras se ha sumado ya a la opción del “No poo”?
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