Cuando destapé el precioso frasco de cristal faceteado del perfume de Elie Saab un agradabilísimo aroma empolvado a rosas lo invadió todo. El frasco al ser de 50 ml cabe perfectamente en la palma de la mano adaptándose a ella de forma ergonómica, por lo que el gesto de perfumarse resultó muy sencillo e intuitivo.
Al poco tiempo, el olor a rosas se fue fundiendo con notas frutales y de vainilla además de un levísimo toque a jazmín sobre un fondo amaderado a sándalo y pachuli. ¡Una auténtica delicia absolutamente adictiva!
Por lo visto, de este perfume existen variaciones sobre el mismo tema: un Eau de Parfum, un Eau de Parfum Intense, un Eau de Couture y este que hoy os comento, el Rose Couture.
Entré en la página web de la marca y he visto que dentro de esta misma gama tienen también un desodorante, una leche perfumada para el cuerpo, una crema para la ducha perfumada y una crema perfumada para el cuerpo que además de hidratar en profundidad la piel la perfuma divinamente.
Tan bonito como el frasco del perfume es su publicidad creada por Mario Sorrenti, el famoso fotógrafo de moda italiano, que grabó a una bella mujer (la modelo Toni Garnn) enfundada en uno de los espectaculares trajes diseñados por Elie Saab atravesando las calles de una gran ciudad - que muy bien podría ser Nueva York -, hasta llegar a un puente que se transforma en una pasarela de luz.
Preciosa la metáfora entre la vaporosidad del traje con la estela que deja el perfume. Una creación realizada especialmente para la ocasión en muselina de seda con cola pero tan ligera que al contacto con el viento se eleva y se hincha como si fuese la vela de un barco.
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