Han vuelto a preguntarme el por qué de la “obsesión” en cosmética en utilizar una crema de día que proteja la piel. Total, me decía, si no sales de casa igual no la necesitas. La cosmética planta cara a los agentes externos para conservar la piel joven más tiempo.
Ese es el gran objetivo diurno: la protección. Más allá de la archifamosa protección solar, incluso a las 7 de la mañana o a las 8 de la tarde los agentes externos afectan a la calidad de la piel, deshidratándola. Sin el nivel adecuado de hidratación, el escudo natural no es suficiente para conseguir nuestro objetivo de belleza.
¿Qué son los agentes externos?
Aunque es un término común en cosmética y en Arrebatadora hablamos contínuamente de ellos, vamos a definir a un nivel básico qué es un agente externo para la piel.
Nuestra piel envejece por causas internas y externas. Las internas van desde el inevitable paso del tiempo a razones genéticas, cambios hormonales o mala alimentación. Son todas aquellas causas que provocan el envejecimiento cutáneo desde dentro del organismo.
Los agentes externos son más fáciles de explicar y visualizar. También estropean la calidad de la piel y es básicamente el ambiente donde nos movemos. La interacción de nuestra epidermis con éstos afecta al preciado nivel de hidratación de la piel, tan básico como importante de mantener equilibrado. ¿Qué deshidrata?
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El sol y la temperatura ambiente. El agua se evapora y también la de nuestra piel.
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La calefacción, por la misma razón. En casa, en el coche, en la oficina.
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El frío también. Cuando hace frío, el ambiente baja de temperatura y de nivel de humedad ambiental.
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El viento. Más de lo mismo a menos que vivas cerca del mar y sea viento húmedo. Aun así ...
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La contaminación, sea de la ciudad o de un despacho, es una burbuja que aumenta la temperatura del ambiente y roba oxígeno.
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El aire acondicionado reseca mucho la piel. El el superagente externo deshidratante cuando viajamos en avión.
En fin, me vais a decir que todo deshidrata y la respuesta es que sí, casi todos. Sea invierno o verano, estés en casa o en el campo.
Párrafo especial para los alarmistas
Como empiezo a tener experiencia con lectores y comentaristas que se lanzan a apretar el botón de alarma, les dedico este párrafo para que puedan dormir tranquilos y sin pesadillas. Por todo lo dicho anteriormente, ¿hay que preocuparse o alarmarse? Por supuesto que no.
No nos vamos a extinguir si no nos aplicamos a diario nuestro tratamiento de día, protector e hidratante. Un buen ejemplo son las personas que, por su trabajo y/o por no utilizar cosmética, presentan una piel destrozada en rostro y manos. Años y décadas atrás, porque la cosmética era un lujo y en la actualidad porque no son aficionados a ella o por condiciones extremas en el trabajo.
Pescadores, obreros de la construcción, mensajeros y pizzeros, monitores de piscina, funcionarios de correos, personal a bordo de los aviones, cocineros, etc. La lista es larga y todo el mundo cabe en ella. A nadie le pasa nada por vivir en un mundo lleno de agentes externos (casos excepcionales aparte) ni por pasar de la cosmética.
Entonces, ¿porqué cosmética diaria hidratante y protectora
Esta es la pregunta que todos los detractores o incrédulos de la buena misión de la crema de día se preguntan: si no pasa nada, ¿porqué utilizar cosmética diaria hidratante y protectora? Sencillamente porque estamos hablando de belleza y de mantener (y aumentar) la calidad de nuestra piel.
En el post de la foto de una arruga, una comentarista decía que no había que obsesionarse con las arrugas, que eran ley de vida y que hay que aprender a vivir con ello. Tiene razón, en ningún momento he afirmado lo contrario.
Por mi parte, he elegido cuidarme, intentar minimizar las arrugas, disfrutar aplicándome una cosmética que está a mi abasto y que me procura protección contra los agentes externos de día (y recuperación por la noche). Y la verdadera solución hidratante, claro: beber agua.
Fotos | El Pei, Flickr, caribb, Pink Sherbet Photography
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