Muchas personas no puede escoger sus vacaciones, deben ser en verano. Aunque quienes tienen en mente aprovechar su mes de vacaciones para someterse a una cirugía estética deberían cambiar de idea. Hay que evitar la temporada de mayor incidencia de luz solar.
En realidad, se trata de evitar exponer cicatrices y hematomas desde la primavera hasta mediados de otoño. Las zonas del cuerpo donde la piel presenta esos problemas debe ir cubierta. El sol podría dejar una mancha en la cicatriz, tampoco es conveniente exponerlo a los rayos del sol por el calor.
A los hematomas de rinoplastias, blefaroplastias o liposucciones no les gusta nada el calor del sol. Las cirujías de rostro dejan la piel sensibilizada y blanda, llevar gafas de sol puede estancar los hematomas. Además, el mismo peso de este accesorio tan utilizado en las épocas de sol puede ser una pesadilla.
En cuanto a hacerse una liposucción en verano, hay que tener en cuenta las fajas y medias de sujeción que forman parte del post-operatorio. Aunque llevarlos incluso con bochorno con pantalones anchos y largos es cuestión de la motivación de cada una.
Por último, está clarísimo que los tratamientos despigmentantes, peelings abrasivos y láser contra manchas pigmentarias y otras imperfecciones hay que realizarlas en invierno. El riesgo de un efecto rebote es muy alto, el resultado de una mancha más oscura, incluso de nuevas, está en el aire. Nunca mejor dicho. Tendrías que ser muy cautelosa, no salir a la calle entre las 12 y las 5, nunca sin SPF 50, con sombrero, etc.
Si vas a hacerlo, hazlo en las mejores condiciones climáticas. Seguro que encuentras el día ideal en invierno.
Foto | Gtres
Vía | Clínica Estética Dr. Martín Amaya
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