Como viene siendo habitual, Madrid volvió a vestirse de gala con motivo de la Vogue Fashion Night Out, una iniciativa sobre la que tengo serias dudas; por una parte, me parece maravilloso que muchas firmas organicen eventos, fiestas con champagne y pongan a guapas modelos en la puerta, por otra, es cierto que la calle Serrano se plaga de pequeñas wannabes, de esas que posan en cada photocall enseñando bien hombrito y que van de tienda en tienda preguntando si regalan algo. Si ese es el espíritu de la Vogue Fashion Night Out, prefiero mantenerme al margen.
Eso sí, hay ciertas oportunidades que una chica como yo no puede rechazar, sobre todo cuando se trata de una invitación de uno de los padrinos de la moda y la cosmética: Yves Saint Laurent. ¿La propuesta? Hacerme brillar. Sí, así de simple. Lo que el equipo de YSL quería era maquillarme con el fabuloso Le Teint Touché Éclat, su nueva base cuya inspiración es el iluminador Touche Éclat, el producto de belleza más vendido en el mundo.
Si resulta que ayer eras un hombre y hoy te has despertado mujer y de pronto te interesa mucho la cosmética (ya que si esa no es tu situación careces de excusa para no conocerlo) te explicaré brevemente qué es el Touche Éclat. El Touche Éclat no es un iluminador, es EL ILUMINADOR (con mayúsculas), aplicado en la zona de las ojeras, sobre los ojos, alrededor de los labios para darle volumen o en la barbilla para acabar con los síntomas de fatiga lucirás radiante y con luz durante horas.
A las siete en punto llegaba a la plaza del Corte Inglés de Serrano y me recibía el encantador equipo de YSL, pronto me senté en el camerino que habían montado para la ocasión y me puse en manos de Eduardo Jimenez, el national make up artist de YSL en España quien según mi tono de piel escogió el tono de Le Teint Touché Éclat perfecto para mí: el BD30, puesto que hay 22 tonalidades divididas en tres grupos Beige Dore, Beige y Beige Rose que se adaptan a cualquier tipo de piel.
En ese instante decidí dejarme en manos de Eduardo Jiménez y sacar a la modelo que toda chica lleva dentro: esa que hace desfiles por el pasillo de su casa subida a sus nuevos tacones o decide probar un nuevo peinado que ha visto en una revista de estilo, a fin de cuentas, para eso había ido hasta allí: para sentirme como una estrella.
La magia de esta base es que proporciona al rostro la misma luz que el mítico iluminador, es una base que cubre las imperfecciones de la piel, esos detalles que no quieres que nadie vea, pero al mismo tiempo es de una textura muy ligera y os aseguro que no sentí ese odioso “efecto máscara/me-acabo-de-poner-bótox” que suelen dejarte otras bases, a pesar de estar siendo maquillada por un profesional, que tienden a enmascararte demasiado. Además, en el momento de la aplicación no es necesario utilizar mucha cantidad puesto que se expande perfectamente. Cuando Eduardo Jiménez maquilló solo una parte de mi rostro para ver el contraste, le dije que terminase con esa tortura y me maquillase por completo.
La máscara de pestañas Volume Effet Faux Cils Shocking que me aplicó después resaltó mis ojos dándole volumen y longitud a mis pestañas, aunque para mí lo mejor fue el colofón final, la barra de labios Rouge Pur Couture Vernis a Levres, un híbrido entre gloss pero sin su pegajosa textura, pintalabios sin que vayas dejando tu huella por toda la ciudad y efecto del tinte de labios, para las mujeres que lo queremos todo. He de reconocer que no me lo creía, así que lo puse a prueba yéndome de cena después y al llegar a casa ¡sorpresa! Mis labios seguían igual de rojos y, lo más difícil, brillantes que con la primera aplicación.
El equipo de YSL además tenía preparada una sorpresa: el YSL MAGICAL PHOTOBOOTH, un fotomatón moderno en el que entrabas después de que te hubiesen maquillado para hacerte una fotografía con el fondo de la campaña de YSL y compartirlo en las redes sociales, ¡modelo por un día!
En YSL apostaron por lo seguro: nada de ojos oscuros y ahumados, juegos de sombras o sorprendentes colores para los labios ya que para ellos lo importante era la base, por eso no puedo decir que viviese uno de esos Extreme Makeover de programas de televisión norteamericana, pero me gustó el efecto. El maquillaje era cómodo por su ligereza, no me quitaba expresividad, pero a la vez cubrió algunas rojeces que suelo tener en la zona de la nariz y las mejillas y que siempre me traen de cabeza a la hora de comprar cosmética.
El precio de Le Teint Touche Éclat de 30 ml es de 45,90 euros, de modo que quizás se te vaya de presupuesto si quieres comprarte, al menos, los cuatro productos que me aplicaron a mí para un maquillaje básico, de diario. Aunque la relación calidad-precio de la base me parece bastante razonable. Me queda la duda, al haberme maquillado para la tarde/noche, de si esa luminosidad no se irá apagando conforme pasen las horas o seguirás radiante a las siete de la tarde como lo estuviste después de tu primera aplicación, a principios de la mañana.
Y para terminar, a las que amáis el mundo de la belleza quizás os interesen estas cifras que nos dieron en L’Oreál: cada once segundos una mujer en el mundo compra su Touche Éclat, quizás pronto suceda lo mismo con Le Teint Touche Éclat y se convierta en la nueva revolución del mundo del maquillaje. Si Yves Saint Laurent está en el trono de la cosmética, solamente puedo desearle ¡larga vida al rey!
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