Hoy cuando he salido de trabajar me he ido de watching (que es lo que yo entiendo por ir a las tiendas, tocarlo todo e irme hundido a casa). Hoy evidentemente ha sido igual. No sé porque he entrado a Hermés, pero cuando lo he hecho lo primero que he visto a sido estas zapatillas, de las que no podré parar de pensar hasta que me de cuenta de que no puedo pagarlas.
El modelo, llamado Quicker. Está realizadas en piel de vacuno con el interior en el naranja característico de la firma. De suela de goma y con cordones, estas fantásticas sneakers, de una de la marcas más lujosas del planeta, me han impresionado. La línea clásica que envuelve siempre a la firma francesa es un placer para los sentidos.
Estas zapatillas muestran la sencillez, la elegancia y la sofisticación de lo que a mi me gusta llamar el "no logo", como el libro de la publicista Naomi Klein y algo que sucede también con la firma Dior Homme exenta de excentricidades como observaréis en la siguiente foto. Dos firmas que se interpretan en el mundo de la moda con la máxima "cuanto menos se vea el logo, más elitista es el producto". En blancas o negras, sin más adornos. Ni colorines, ni metalizados. La prueba más evidente de que no se necesita ser estridente para enamorar al personal. ¡Preciosas!
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