Ser un nepo baby está genial, admitámoslo. Y de hecho, eso es lo único que pedimos, que aquellos que lo sean, al margen de que tengan o no talento, reconozcan que su punto de partida no es el mismo que el del resto. Y no solo para aquellos que se dedican al show business, como puede ser el caso de Stella del Carmen, la hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, o de Raphael De Niro, el hijo del famoso actor que ha triunfado en el mundo inmobiliario.
Raphael De Niro, una pasión por el sector de los inmuebles que lo une a su abuela
Raphael De Niro es uno de los siete descendientes directos de Robert De Niro, que fue padre por última vez a los 79 años el pasado año. Es agente inmobiliario de éxito en la ciudad de Nueva York, donde ya su abuela, la artista Virginia Admiral, una genial visionaria, decidió invertir en el negocio durante las décadas de los 60 y 70 en una zona llamada SoHo (nada, una tontería) cuando aún no había comenzado a despuntar como barrio de moda y por supuesto no se había gentrificado, como sucedería también más tarde, por ejemplo, con el Meatpacking District.
En el año 2003 Raphael De Niro decidió tomar la carrera profesional a la que se sigue dedicando a día de hoy y que le ha dado grandes alegrías. Algunos de los frutos de su trabajo son haber sido escogido por el portal especializado The Real Deal como el mejor agente residencial de Manhattan. De hecho, cerró el año 2016 con más de 700 millones de dólares en ventas. Además, en su cartera de clientes hay nombres tan conocidos como los de las actrices Renée Zellweger o Kelly Ripa.
Algo que también sabemos a ciencia cierta es que su padre confía en él para los negocios, ya que ambos son socios en el Hotel Greenwich de Tribecca desde 2008, un establecimiento de cinco estrellas. No obstante, el asesor confesó a la misma publicación que su éxito poco tiene que ver con su apellido, ya que para él solo es una buena carta de presentación. En concreto, aclaró que más allá de eso siempre ha tenido que demostrar su valía como agente, algo que ha de captar el cliente nada más comenzar una conversación. Suponemos que cuando te vas a gastar en una casita o un pisito algún que otro millón confiar en la persona que te lo está vendiendo es fundamental. Por lo que sea.
Antes del mundo inmobiliario: el currículum de Raphael De Niro
A pesar de que el hijo de Robert De Niro pasó parte de su infancia en Los Ángeles, la mudanza a Nueva York fue clave para su desarrollo profesional y personal. De hecho, en The Real Deal le preguntaron por un incidente relacionado con unas pintadas de grafitis durante su adolescencia y Raphael De Niro le quitó importancia diciendo que se trató simplemente de una anécdota más relacionada con la cultura neoyorquina y algo que hacían todos su amigos. Suena muchísimo a excusa infantil, pero bueno.
En cualquier caso, cuando llegó el momento de hacer una carrera empezó a estudiar en la Universidad de Nueva York, la conocidísima NYU. Sin embargo, no llegó a terminar, algo que señalaba en el reportaje concedido a la revista y de lo que dijo arrepentirse. Al parecer, su decisión vino impulsada por sus ganas de trabajar y de deshacerse del sambenito de ser un hijo de, es decir, un nepo baby.
Aunque Raphael De Niro comenzó actuando en pequeños papeles cuando era niño en las películas de su padre, conforme fue creciendo pasó por diferentes empleos: desde trabajador en una tienda de alfombras persas, hasta asistente de producción de su progenitor y ayudante de camarero en el afamado restaurante japonés Nobu, que a día de hoy sigue siendo uno de los favoritos de las celebrities y del que Robert De Niro es, casualmente, fundador. O sea, que se quiso quitar su etiquetita pero no mucho. Y oye, pues lo entendemos, sobre todo como señoras que llevan ya trabajando hoy más horas de las que tiene el reloj.
Fotos | @niroraphaelde
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