La visita del príncipe Harry a Reino Unido ha durado menos que un suspiro. Han bastado 24 horas para que se reencuentre con Carlos III, quien lo mandó llamar tras conocer su diagnóstico de cáncer, y ponerse al día después de los nueve meses que han pasado desde la última vez que coincidieron en la coronación del soberano.
La reunión padre e hijo no se alargó más de 45 minutos, pero el contenido de ésta pudo tranquilizar al marido de Meghan Markle. O eso considera Judy James, la experta en lenguaje corporal que ha analizado con lupa las imágenes del benjamín del monarca en Heathrow, momentos antes de su vuelo de vuelta a Los Ángeles.
El duque de Sussex, que se muestra en calma y sonriente en las fotografías, se ha dejado ver con una "sensación de tranquilidad" y con un "aspecto aliviado" por el cual, según James, "proporciona algunas pistas positivas sobre la condición actual de su padre. Sus hombros y su cuerpo parecen relajados y la forma en que se mete las manos en los bolsillos mientras camina sugiere una actitud más informal", explica la profesional a 'Mirror'.
"La expresión de sus ojos parece animada, con una sonrisa en los ojos, y parece estar disfrutando de una broma o compartiendo risas con las personas que lo acompañan", advierte la experta, augurando que "con suerte, se irá de Reino Unido con cierta sensación de tranquilidad, después de haber visto a su padre para su breve encuentro", asegura Judy, evidenciando que el contenido de la conversación entre Carlos y Harry habría sido favorable para ambas partes.
Foto | Gtres
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