Gloria y Fernando abandonaron aquel orfanato colombiano gracias a Rocío y Ortega. Ellos les eligieron. Decidieron darles una nueva vida en España y ha sido aquí donde ambos han sido felices. De niños los tuvieron todo: familia, cariño y un techo cada noche. Agradecida con los suyos, Gloria habla ahora de su proceso de adopción.
Siempre se sintió en casa y las dudas no surgieron hasta que los niños dejaron de serlo. Ocurrió en el colegio y fueron los compañeros de clase quienes revelaron la verdad a la joven: fue adoptada en Colombia. Hasta aquel momento, Gloria era plena desconocedora de aquello. Jamás, nadie, había mencionado aquello en su casa, tal y como publica Hola.
"Nunca lo he hablado con ellos", dice a día de hoy la joven. Su cuidadora, Carmen Ruano, fue la encargada en aquel entonces de aclararle ciertas dudas a la pequeña Gloria. Años después, la incertidumbre de la joven creció y sufrió algunos problemas de ansiedad.
Ahora acude al psicólogo y es allí donde habla abiertamente de este tema: "Es de lo que más hablo en terapia. Hasta que no empecé a acudir no entendía qué me pasaba o esa sensibilidad que tenía. Llevo mucho tiempo sufriendo por esto", asegura.
En lo que respecta a su padres biológicos, Gloria nunca se ha interesado por ellos. Considera a su familia española como la única y, por el momento, no ha dado el paso de buscar a quienes comparten su sangre: "Nunca ha querido ponerse en contacto", aseguran en la revista del saludo.
Fotos | Gtres
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