Laura Escanes ha caído en las garras del hialurónico. Es algo que le sucede a gran parte del famoseo nacional e internacional. Cuando prueban la aguja, no hay manera de soltarla. Y no, no son baratos los tratamientos estéticos, pero poco parece importarle a la que fuera esposa de Risto Mejide. Aunque admite que algunos de sus retoques son "carísimos", tampoco duda en hacerlos públicos.
Anoche, Escanes visitaba 'La Resistencia' por tercera vez. Comenzó la entrevista algo nerviosa pero no tardó en relajarse. Sin pudor alguno, habló sobre relaciones sexuales, dinero en el banco y retoques estéticos. No entró en demasiados detalles, pero sí mostró los efectos de bótox al fruncir el ceño. ¡No tiene ni una arruga!
Esa es la labor de la toxina botulínica: bloquear el músculo y evitar pliegues en la piel. Al parecer, Laura ha pasado por su clínica de confianza en varias ocasiones para moldear su rostro con este tratamiento. Ahora tiene el pómulo marcado y sus labios lucen carnosos. También se ha preocupado de mantener su piel hidratada y cada noche es fiel a su 'skin care'.
Hace varios meses, en una charla con Nil Ojeda, recordó su operación de pecho: "Creo que después de tantos años en redes habréis visto que cuando me he operado del pecho os lo he dicho. Cuando me he puesto Botox, os lo he dicho. Cuando me separé lo dije, cuando me enamoré lo visteis también, incluso cuando me operé de hemorroides también lo he dicho. Mucho no tengo que esconder. Si me hubiera puesto más labios o me hubiera operado la nariz, ¿No creéis que también lo habría dicho?", comentaba.
Entre sus últimos retoques también destacan las ojeras: "Tengo la ojera muy marcada y muy profunda, oscura. Entonces, para esa profundidad si le aportas relleno de ácido hialurónico es como que se alisa todo y ya no se marca tanto la ojera. Para mí fue lo mejor, aunque es carísimo", dijo en su podcast 'Entre el cielo y las nubes'.
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