Se acabó, la Semana de la moda de Tokio llegó a su final con este último repaso de las propuestas de la quinta jornada. Una Semana que ha traído muchas firmas interesantes y otras que bien podían haber prescindido de asistir, aunque siempre viene bien su presencia, ya que tiene que haber de todo.
En este quinto día el número de maisons bajó a cinco, tras el tercer y cuarto día con nueve. Las dos que más me llamaron la atención fueron Hidenobu Yasui, a quien pertenece el gran vestido blanco de la derecha, e Hiroko Koshino, firma que apostó por un compendio de influencias demasiado extrañas pero impactantes.
Mejor vamos con las cinco una a una.
La primera fue Raphus Cucu, con la diseñadora Eriko Isoya. Su colección para primavera-verano de 2009 no es nada atractiva, sí llamativa por el colorido usado y la apuesta por colores primarios como el rojo en su máxima tonalidad, pero cae demasiado en volantes, en vestidos vaporosos que tampoco son nada nuevo o en el peto que se puede ver, apto para pocas. Cuando más acierta es cuando prefiere irse a lo clásico, a los pantalones rectos y ajustados y a tonos verdosos. Cierto aíre hippie pero sin ir a más.
Ahora bien, si queremos clasicismo o estilo europeo, la marca del día es Lep Luss. Aquí los cortes tradicionales son los que sustituyen a los más arriesgados de otras marcas. No vemos ningún conjunto que se salga de lo establecido como elegante. La paleta es en negros y blancos, salvo un colorido vestido verde que aparece pero muy sencillo y liso. Las faldas tienen un corte alto, entalladas en la cintura, como también los pantalones, repitiendo tendencia de esta temporada. Las blusas tienen que ir a juego con estas prendas y no defraudan con un estilo muy sobrio. Una propuesta eficaz la de Lep Luss.
Hidenobu Yasui salía tras la anterior, y demostraba cómo con lo mismo de siempre, sí que se puede variar y destacar como la firma del día. Todo con dos colores: el azul marino y el blanco puro. No le hizo falta más a la marca para proponer conjuntos con blazers y vestidos largos impecables, así como tampoco dejó de cuidar vestidos con palabras de honor de cortes perfectos. Y sobre todo, con unos pantalones anchos, que se ven en la imagen, o con el vestido oversized del inicio. Muy interesante la marca japonesa.
Después de algo tan bueno, la siguiente marca se ve siempre un poco eclipsada, como le ocurrió a Somarta. La línea de su colección primavera-verano resultó interesante, donde apostaba por pantalones más ajustados, en vez de más amplios, a la vez que prefería cazadoras entalladas y cortas. Los vestidos son una parte fundamental y los prefiere cortos más bien lisos en algunos modelos o inspirados en los vestidos antiguos con grandes vuelos. Vuelve el detalle de incorporar a las modelos un curioso sombrero que no lucía en absoluto.
Para finalizar, hoy, por suerte, no hay esperpentos en las colecciones finales, sino que hay clase demostrada de diferente manera. La marca Hiroko Koshino abrió arriesgando con la influencia española del mundo del toreo, como puede verse en la primera imagen. Un pseudo traje de luces combinado con un sombrero horrible de plumas. Después, llegarían los vestidos. Ninguno normal o clásico, sino que todos cogían un patrón y lo pulían para hacerlo suyo. Ya sea dividiéndolo en dos partes, como se puede ver en el de la derecha, o con volantes y volantes en las mangas más propios de un bailarín de salsa. Entre todos los conjuntos, me quedo con el vestido negro largo. Es impecable, estiloso, el escote justo y con un detalle en el hombro.
Fin de al Semana de la moda de Tokio, demostrando que hay que volver los ojos al país nipón porque son uno de los referentes en moda. Arriesgados o tradicionales, ambas facetas tienen sus grandes marcas. La colección siguiente la seguiremos por aquí también.
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