Para realizar su colección de otoño-invierno 2008/2009 Alexander McQueen se inspiró en un árbol de 600 años de vida que hay plantado en su jardín. ¿Cómo? Estaréis pensando. Pues sí. A partir de él imaginó la historia de una señorita que salía de las tinieblas para convertirse en princesa y se ayudó de imágenes de la Reina Victoria.
Gracias a su capacidad inventiva y el rigor histórico de personajes que sí existieron, y que además, marcaron el porvenir de su país natal, McQueen conseguía hilvanar una de las mejores colecciones de los últimos años. Porque ser diseñador no consiste solamente en saber hacer ropa (hay algunos que no saben ni dibujar, ni hacer patrones, ni coser un botón, y están en la cima..): hay que saber contar historias a través de ella.
Una de las prendas estrella de la colección es este abrigo, réplica de los típicos mantos reales que le hemos visto a la actual Reina de Inglaterra en retratos oficiales, y ahora a Naomi Campbell, la reina de las pasarelas en tiempos no muy pasados, y que nos recuerda inevitablemente a los míticos Reyes Magos.
Foto | red carpet fashion awards
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