Los limones necesitan de hasta 12 horas de luz solar al día para crecer, así que no es de extrañar que en España tengamos una superficie de unas 44.000 hectáreas, según datos del Ministerio de Agricultura, de este árbol perennel. Abundando, especialmente, en el Levante. Además de en los campos de limoneros, está muy presente en jardines e incluso en patios y terrazas de casas, plantado en macetas.
Este árbol frutal, para crecer fuerte y sano, no solo necesita de un clima templado y luz directa del sol. También es importante que esté resguardado del viento y que tenga un suelo fértil y bien drenado. Además, los riegos deben ser abundantes y frecuentes, siendo necesario, asimismo, abonar el árbol en primavera y al final del verano para que la llegada del frío lo pille bien fuerte.
No obstante, hoy nos vamos a centrar en otro de los cuidados que necesita: la poda. Porque, aplicándosela de forma adecuada, vamos a conseguir frutos de calidad, además de poder darle al árbol la forma que queramos. Y te vamos a contar todo lo que necesitas saber con la ayuda de los expertos de 'Decosfera'.
La primera poda de un limonero
Las primeras podas hay que realizarlas desde los tres años, aproximadamente. Esto se debe a que darle forma al limonero cuando ya es demasiado grande es más complicado. Por el contrario, cuando el limonero todavía es joven, podemos guiarlo con la poda sin apenas esfuerzo. Solo necesitaremos unas tijeras de podar.
Eso sí, una poda antes del tercer año podría dañar el árbol porque aún es frágil. Cuando un limonero es joven, se puede podar en cualquier momento del año, salvo cuando haya riesgo de heladas. En este caso, hay que protegerlo especialmente.
La poda anual
Por lo demás, los limoneros necesitan una poda anual. De este modo, lo sanearemos y podrá concentrar su energía en las ramas principales y en los frutos. El momento adecuado para hacerlo es antes de que el árbol comience a dar limones o cuando haya finalizado el proceso. Es decir, entre enero y febrero y, sobre todo, entre junio y julio, que es cuando el árbol detiene su crecimiento.
A la hora de podar, es importante contar con unas tijeras adecuadas al tamaño de nuestro limonero. Antes de empezar, recuerda esterilizar las tijeras para evitar infecciones. Además de que los cortes deben ser limpios. La poda tampoco debe ser excesivamente agresiva, a no ser que el limonero esté enfermo o demasiado débil.
Lo más recomendable es estudiar bien el limonero y localizarlas ramas más gruesas. Estas formarán la estructura principal del árbol. Después, procede a eliminar las ramas que se entrecrucen con otras y aquellas que entorpezcan el crecimiento de las ramas principales. Eso sí, trata de que el resultado sea armonioso, con el mismo número de ramas a un lado y al otro del tronco.
También puedes podar las ramas inferiores, ya que no van a recibir la luz que necesitan y el árbol podrá concentrar sus energías, así, en las ramas altas. En general, cuanto más fuerte y grande sea el limonero, menor tendrá que ser la intensidad de la poda. Por el contrario, cuanto más débil sea el limonero, más deberás podarlo para estimular el crecimiento. Otro truco para que dé una cosecha buena y abundante, es cortar los primeros frutos y flores. Así estimularemos la cantidad y la calidad de los frutos.
Foto de portada | Marian Florinel Condruz
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