Con la llegada de los recién nacidos a la familia la vida cambia. Pero no solo la nuestra, sino también la de nuestras mascotas que tendrán que tendrán que acostumbrarse a compartir su espacio y nuestro tiempo con la nueva criatura.
En el caso de los gatos, dado que, por naturaleza, son animales muy sensibles a los cambios y que se estresan fácilmente será mejor ponerse las pilas lo antes posible. Por ello, aquí tenemos tres consejos para fomentar la buena convivencia entre gatitos y bebés recién nacidos.
Comenzar la adaptación de nuestro gato antes de la llegada del bebé
Pues sí, todo comienza antes de la llegada del bebé, por ello, los expertos recomiendan seguir ciertas pautas como recolocar poco a poco sus cosas como el arenero, el comedero, bebedero y la cama de nuestro gato para que se vaya acostumbrando. Además, si podemos incluir algún "refugio seguro" para él en nuestro hogar (como una caja) se sentirá mucho más a gusto.
De la misma manera, lo suyo es ir mostrándole las nuevas cosas del pequeño: la cuna, sus peluches, el armario de básicos con sus ropitas, las cremas y perfumes de bebé... de manera que se vaya familiarizando con todo ello y no resulte muy traumático conocerlo cuando el recién nacido haya llegado.
Algunos recomiendan poner hasta grabaciones de llantos para que se vaya acostumbrando a los lloros que pronto llegarán a casa.
Y, lo más importante, ir introduciendo nuevas rutinas, sobre todo, unas que se vayan adaptando a los horarios del bebé de manera que no pierda nuestra atención y cariño o note cierto desdén por nuestra parte porque nos estemos encargando del bebé. Por lo tanto, aunque nuestra atención varíe, que sienta que le dedicamos tiempo de calidad.
Tras el nacimiento y antes de volver a casa
Cuando estamos en el hospital y con la finalidad de que el gato comience a familiarizarse con el bebé, nos recomiendan llevar una toquilla, un pañal o una toalla impregnada con el aroma del recién nacido para que el gato comience a asumir ese olor tan particular.
El momento de las presentaciones del bebé y el gato
A continuación, llegaría el momento de traer el bebé a casa y los primeros momentos son importantes ya que el gato querrá conocerlo y, como nos cuentan, se acercará entre dudoso y temeroso teniendo que ser cautelosos pero actuar con mucha templanza, acariciando al gato y hablando con mucha suavidad.
En la mayoría de las veces, el gato simplemente curioseará, olerá... y seguramente se vaya. Lo más importante es que estemos muy pendientes, evitemos que estén a solas, que el gato no entre en la habitación del bebé solo y que si se asusta, poco a poco intentemos que se acerque (con cautela) y lo vaya asumiendo como algo normal.
Consejos para mejorar la convivencia entre el bebé y el gato
Además de continua supervisión, tendremos que cortar las uñas más a menudo a nuestro gato y, sobre todo, tener en cuenta el carácter del gato ya que si no lleva bien los cambios, lo mejor será que el contacto con el bebé se vaya dando poco a poco, creando el clima para que el gato sienta más curiosidad que miedo y poco a poco vaya acercándose al bebé.
Por último, parece ser que hay muy pocas enfermedades que se transmitan de gatos a humanos, por lo que no tenemos que ver al minino como un posible foco de infección para los bebés. Incluso como hemos podido saber recientes estudios han demostrado que los bebés que viven con mascotas (como perros y gatos) tienen menos tos y estornudos durante el primer año de vida.
Así que todo son ventajas si lo hacemos debidamente y seguro que van a tener una convivencia pacífica y feliz toda la vida.
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Fotos | Unplash
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