Muchos padres no lo consiguen, pero enseñar esto a tus hijos es clave para que sean adultos resilientes

El objetivo de la crianza amable es calmar a tus hijos, pero no significa ceder a sus demandas

Corregulacion Emocional En Crianza Amable
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El término crianza amable se le atribuye a la autora británica Sarah Ockwell-Smith, psicóloga y reconocida experta en crianza de hijos que ha escrito numerosos libros sobre este tema. Este tipo de crianza según los expertos, es un enfoque educativo basado en que los niños son inherentemente buenos y que su mal comportamiento es en realidad el resultado de una desregulación emocional o de no tener acceso a las herramientas necesarias para enfrentarse a aquello que les genera esas emociones mal llamadas negativas.

No quiere decir que dejemos libertad absoluta para que los niños hagan lo que les apetezca y cuando les apetezca. Es fácil confundir la crianza amable con esto, pero es importante, que los niños tengan reglas, aunque la crianza se enfoque en respetar y validar los sentimientos o deseos del niño en lugar de regañarlos por tenerlos, como explicaba a la CNBC Irina Gorelik, psicóloga infantil de Williamsburg Therapy Group. Es decir, “permite a los padres establecer límites y ser firmes cuando sea necesario, pero en un marco para que se haga con validación, apoyo y ayudando al niño a sentirse visto”, asegura Gorelik.

Según afirma Mona Delahooke, psicóloga infantil y autora de ‘Brain-Body Parenting: How to Stop Manage Behavior and Start Raising Joyful, Resilient Kids’, ″los niños aún no han desarrollado los circuitos de autorregulación. La capacidad de aceptar la decepción y la imprevisibilidad es un proceso de desarrollo que la mayoría de los niños no tienen hasta que son mayores”. Y en ese contexto de la ahora tan de moda “crianza amable” aparece un término que es clave: corregulación emocional. Se refiere a que un adulto ayuda a un niño a calmar sus propias emociones durante algo que le estresa o le provoca cualquier emoción. La corregulación ayuda a que tu hijo aprenda a manejar sus emociones a medida que crece, y los niños que pueden manejar mejor sus emociones tienen más probabilidades de ser resilientes y superar dificultades en el futuro por sí solos.

Corregulacion Emocional En Crianza Amable 1

El secreto del éxito de la crianza amable: la corregulación emocional

Lo primero que hay que hacer es calmarse. Y hablo de ti. Como padres, es importante que si queremos enseñar a un niño a autorregularse, vea cómo lo hacemos nosotros como nos explicaba Aliza Pressman, psicóloga del desarrollo y cofundadora del Mount Sinai Parenting Center, cuando hablamos de cómo calmar la rabieta de un niño.

Los niños toman prestado nuestro sistema nervioso y si nosotros no controlamos nuestro comportamiento y perdemos la calma, el niño imitará nuestro ejemplo. Tómate un respiro y cálmate antes de hacer nada. Piensa que no hay peligro ni prisa por reparar la situación ahora mismo. Si consigues calmarte, es más probable que des una respuesta tranquila a la situación.

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Lo segundo que haremos es acercarnos a nuestro hijo, ya calmados, y háblale con tono tranquilo. Pressman asegura que es importante no solo que nuestro tono sea calmado, también nuestra expresión facial y emociones deben mostrarse amables. Delahooke afirma que “la presencia afectuosa de un adulto cambia la forma en que el cuerpo y el cerebro de un niño responden al estrés. Reduce las hormonas del estrés”.

El objetivo de la corregulación es calmar, no lo olvides, pero eso no significa ceder a sus demandas. Lo siguiente que haremos es reconocer las emociones de tu hijo y replantear el límite o la regla que se ha rebasado. Identificar y nombrar las emociones es algo complejo hasta para un adulto, pero si les ayudamos a identificarlas, como explica el psicólogo y Doctor en Educación Rafael Guerrero en su libro ‘Educación emocional y apego’, estaremos avanzando.

Se pueden establecer límites y brindar seguridad emocional al mismo tiempo. Por ejemplo, podemos decirle “entiendo que estás cansado y que ir al colegio parece difícil, pero necesitas levantarte”. Así validamos esas emociones, pero no cedemos, y acompañamos al niño en la regulación de su emoción desde nuestra propia autorregulación.

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Fotos | Nathan Dumlao en Unsplash, Derek Owens en Unsplash, Xia Yang en Unsplash

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