Las mujeres trabajan más al día y lo hacen a cambio de nada. No, no es ningún mito sino la conclusión a la que ha llegado el último Observatorio social de La Caixa con su estudio Mujeres y hombres, consumo y producción a lo largo de la vida. Una relación desigual.
Este estudio, liderado por Elisenda Rentería del Centre de Estudis Demogràfics y en colaboración con otros investigadores como Concepció Patxot, Rosario Scandurra o Guadalupe Soto, ha llegado a la conclusión de que las mujeres españolas de entre 21 y 65 años trabajan 1'1 hora al día más que sus compañeros masculinos y además en actividades por las que no perciben retribución alguna.
En las últimas décadas países como España o Italia han experimentado una evolución espectacular y han visto como las mujeres se integraban al mercado de trabajo, contribuyendo con sus sueldos a la economía familiar. Pero esa incorporación no ha venido acompañada de una reducción de la actividad en el hogar y de un reparto más igualitario de las tareas entre hombres y mujeres. Según la autora del estudio, esto se debe en parte a "cuestiones culturales e institucionales". En el caso español en parte se debe "al escaso desarrollo en España de la provisión pública de servicios de cuidado infantil y de cuidados a largo plazo en situaciones de dependencia".
Según este mismo estudio, las mujeres son las encargadas de realizar un 39% de la producción del mercado laboral en España. Y un 67% de la producción no remunerada. Sí, nos referimos al trabajo pesado del día a día, a las labores del hogar, el cuidado de los más pequeños o de los dependientes... y, en general, a todas esas tareas que no se cobran y que no cuentan con la protección que supone tener un empleo con contrato.
Como siempre la solución pasa por crear medidas y políticas públicas y sociales que permitan conciliar mejor la vida familiar con el trabajo y que fomenten la igualdad.
El ejemplo lo tenemos en los países escandinavos, en Francia o en Inglaterra, donde las situaciones de igualdad vienen dadas porque las mujeres pueden desmarcarse de la vida laboral cuando tienen hijos y pasado un tiempo volver a reincorporarse al mercado laboral sin problemas. En cambio, en países como en España las mujeres no pueden permitirse prescindir de su sueldo y siguen compatibilizando vida laboral y familiar con grandes dificultades.
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