La colección Primavera-Verano 2007 de Donatella Versace me ha sorprendido mucho para bien. Inspirada en los ochenta, confecciona vestidos de niña buena, como de colegiala, pero bastante cortitos. Otros vestidos son cortos por delante y largos por detrás. Las asimetrías juegan un papel importante, ya que sirven para romper la armonía prevista, pero tanto en el estampado como en la confección de las piezas. La originalidad ha estado presente durante todo el desfile. Los que más me han gustado son el rosa-malva ideal para el día y el negro de falda abullonada, perfecto para la noche. Ambos son sencillos pero muy elegantes.
También destacan los tops abotonados al cuello emulando un cuello de camisa, muy originales, combinados con shorts. La mezcla blanco y negro sigue muy presente. Ya sabes que es un acierto seguro.
Pero para elegancia, los vestidos de noche. Sólo puedo decir que impresionantes. Versace ve a la mujer sexy y elegante. Vestidos largos muy ceñidos marcando la silueta femenina, con una especie de ojos en el pecho con un mensaje claro: mírame, es decir, ser el centro de atención. Y no dudo que aquella que se ponga cualquiera de estos preciosos vestidos, será la estrella de la fiesta. En cuanto a los colores hay de todo: negro, amarillo, malvas, dorados, plateados, un sin fin de modelos perfectos. Así cualquiera está guapa.
Vía | Vogue España
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