Dicen que el postre es el mejor momento del día y tú lo vas a corroborar en todas tus comidas veraniegas. Combatir el calor puede ser algo muy dulce si coronamos con una buena tarta fría que refresque a todos los comensales. Las de horchata y de leche merengada son dos propuestas perfectas para ello y hoy os contamos cómo hacerlas paso a paso.
Tarta fría de horchata
Tritura galletas y funde mantequilla, que después se mezcla con el polvo de las galletas para conseguir una base más sólida y compacta. A continuación cubre la base de un molde para tartas con esta mezcla, usando una cuchara para prensarla y dejarla uniforme y mételo en la nevera para dejarlo enfriar.
Mientras la base se enfría vierte un litro de horchata, azúcar y quesitos en un cazo y caliéntalo a fuego medio hasta que los quesitos se derritan, removiendo para mezclarlo todo. A continuación añade los sobres de cuajada sin parar de remover. Cuando rompa a hervir apaga el fuego y vierte toda la mezcla sobre esa base de galletas fría. Déjalo templar y después reposar en la nevera un par de horas. Después decóralo con frutas del bosque o fresas.
Tarta fría de leche merengada
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La base de esta tarta se hace igual que la anterior, triturando 200 gramos de galletas y mezclándolos con 125 gramos de mantequilla fundida. Cuando tengamos la pasta compacta en la base del molde de la tarta lo dejamos en el frigorífico. Mientras se enfría hacemos el resto del postre. Mezclamos en un cazo 200 gramos de nata para montar con 150 gramos de azúcar. Cuando esté a punto de hervir añadimos dos sobres de cuajada, la mezclamos y dejamos reposar.
En un recipiente a parte montamos otros 200 gramos de nata y cuando la mezcla esté tibia le añadimos esta nata ya montada y 400ml. de leche merengada. Mezclamos y vertemos sobre la base de galletas, dejándola reposar 2 horas en la nevera hasta que cuaje. Decoramos con canela en polvo.
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