Las cejas son una de las partes más importantes del look masculino, y sin embargo la que más cuesta dominar. Muchos ya os habéis atrevido a depilároslas solitos, pero hoy vamos a ir un paso más allá: vamos a pintarlas.
No, no tenemos que confundirnos con el eye liner, del que ya os hemos hablado con anterioridad y que da un look tan johnnydeppesiano o sparrowniense. Es otra cosa, aunque es el primo hermano del lápiz de ojos convencional (del lápiz, no del eye liner, cuidado).
Suena raro, ¿verdad? Pues no lo es tanto. David Beckham y Robert Pattinson ya lo han probado.
El lápiz perfilador de cejas suele tener la peculiaridad de llevar en uno de los extremos un cepillito para peinarlas y ayudarnos a manejarnos durante la delicada operación. Sí, delicada, porque no puede parecer que nos ha escupido un señor que pasaba por ahí mascando tabaco. No. Tienen que parecer naturales.
La idea es potenciar la forma natural de la ceja, siendo discretos. Hay que dibujar trazos cortos en la misma dirección del pelo, y luego peinarla. Así, sobre todo si tenemos minicalvitas o somos de pelo rubiáceo, definiremos su forma y su consistencia. Sin apretar, con suavidad, podemos ir probando hasta conseguir el efecto deseado.
Por experiencia en mis propias carnes os diré que es una técnica difícil de controlar, en especial si tus cejas son ya de por sí oscuras: es fácil parecer artificial. Pero con un poco de pericia y de práctica los resultados pueden ser más que aceptables.
En Mensencia | El marco de tus ojos (I), (y II)
