Paris Hilton no es que sea el adalid del glamour bien entendido. Su manía por el chándal, el look de las Vegas y el rubio oxigenado la hace más mal que bien pero algunas veces acierta y esta parece ser una de ellas. ¿Que regresar de las vacaciones nos resulta depresivo? Hagámoslo como una estrella.
Podemos jugar a ser una diva, aunque sea de nuestra casa, mezcla de bohemia y fashionista. Todo parte de un precioso vestido de tablas cuyo tono bicolor aporta la diferencia. Su largo es de lo más cómodo (y caliente en un avión) y nos permite lucir sandalia plana de lo más confortable sin que se vean.
La pamela, que sea de rafia, el punto justo para parecer campestre y casual más que fuera de lugar y que parezcamos perdidas por tanto mareo en el yate de papá. Eso y unas gafas maxigrandes y lo tenemos. Quizás volvamos en avión de Cádiz y no en jet privado hacia China, como ella, pero el look será igual de perfecto.
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