El mundo de la moda, de las revistas, de la prensa, está de luto esta semana. Helen Gurley Brown, la veterana editora de la revista Cosmopolitan, ha fallecido. Fue su creadora, su impulsora, una emprendedora con todas las letras.
La prensa internacional le ha dedicado preciosos perfiles no sólo sobre tu trabajo, sino sobre su labor. Quizá fue de las primeras editoras en hablar de sexo en su publicación, como recuerda The Guardian. No fue una editora más, durante tres décadas llevó la revista a las cotas más altas.
Además de tener tiempo para escribir libros superventas como Sex and the Single Girl (1962), un libro que vendió en tres semanas dos millones de copias y fue vendido a 35 países. Curioso que fuera su marido quien la apoyara en una novela sobre una mujer que tiene un affair. Pocas editoriales se atrevieron, hasta que llegó a manos de Bernard Geis Associates.
Un dato para periodistas, en enero de este año, la editora donó 30 millones de dólares a la Universidad de Columbia y Stanford para la creación de un nuevo instituto de innovación en los medios de comunicación con su nombre, lo que supuso la mayor donación de la historia de la facultad de periodismo de Columbia.
No es sólo la directora de una revista femenina, fue una visionaria de los medios de comunicación. Y las revistas femeninas lo son. No tengo por qué hacer un alegato en su defensa, son los medios más vendidos en todo el mundo, pero sí quería destacarlo. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, la calificó hoy como
Una pionera que no solamente reformó toda la industria de la comunicación, sino la cultura de este país. Un modelo a seguir por millones de mujeres que abordó sus pensamientos, dudas y sueños de una forma brillante en el papel.
El fallecimiento de Helen Gurley Brown se produce cuando tenía 90 años, tras una breve hospitalización en un centro médico de Nueva York, según informó en un comunicado Frank Bennack, consejero delegado del Grupo Hearst.
Helen Gurley Brown, una luchadora
Dicen que en la pared de su despacho rezaba este lema, según el perfil que David Plotz ha escrito
Good Girls Go to Heaven, Bad Girls Go Everywhere.
Puede que sea una leyenda, que la chica de Arkansas creara ese papel porque era necesario. Pero lo ha mantenido a lo largo de su vida. Y aunque en su novela, su revista, sus consejos, abogaba por la liberación de la mujer, por disfrutar de la vida, por abordar el sexo desde otra perspectiva, hay quien todavía cree que el permanecer 35 años casada con su marido, el amor de su vida, la deslegitima para eso. Error.
En 1997, después de 32 años en el puesto y de haber multiplicado hasta 2,5 millones el número de ejemplares de la revista, la periodista canadiense Bonnie Fuller sustituyó al frente de Cosmopolitan a Gurley Brown, quien pasó a ocupar el puesto de editora jefe de sus ediciones internacionales.
La directora de moda de la edición estadounidense de la revista Marie Claire, la colombiana Nina García, lamentó la muerte de una "pionera y gran inspiración a la que siempre he tenido una gran admiración".
Hoy, según publicó en 2009 el diario The New York Times, Helen era la auténtica Carrie Bradshaw.
De lo que estoy segura es que su biografía, Bad Girls Go Everywhere: The Life of Helen Gurley Brown, será un best seller otra vez.
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