Chantal Saccomanno y Olivier Dayot, alquimistas y maestros artesanos de la madera

Chantal Saccomanno y Olivier Dayot, alquimistas y maestros artesanos de la madera
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Desde hace diez años, las sillas esculpidas invaden el taller de Olivier Dayot. Bañadas por una suave luz, parecen dormir. Totalmente autodidacta, Olivier Dayot crea sillas extravagantes, piezas únicas y lúdicas.

A Olivier le gusta acariciar con la mirada y luego con la mano las obras de arte que realiza con madera a las que, en ocasiones, añade una o dos lámparitas. El mundo de música, de la literatura y de la historia también están presente en ellas.

Olivier Dayot domina todas las técnicas relacionadas con el trabajo de la madera, pues conjuga los talentos y el savoir-faire del carpintero, del ebanista y del luthier. Conoce también todos los secretos del roble, de la haya, del arce y del nogal.

Sillas

Es capaz de hacer surgir de la madera mesas y sillas extraordinarias y zoomorfas. Estos asientos son una especie de cien pies. Ante su sola visión, la silla se convierte en otra cosa, parece animarse, y disparar nuestra imaginación. Son piezas tan sensuales que resulta imposible no querer tocarlas.

En el universo de este escultor, en el que su mujer Chantal Saccomanno – bailarina, coreógrafa y tatuadora de muebles -, también participa, planea un espíritu onírico de lo más particular. Payot siempre se ha sentido fascinado por los grandes inventores, cuyas descubrimientos han permitido al hombre entrar en otro universo, el del saber.

La madera es especial ya que conserva ese aspecto vegetal y vivo. Durante el proceso de creación, el tacto resulta algo primordial, ya que con frecuencia las manos descubren más cosas que los ojos. Existe una osmosis entre los instrumento musicales realizados en madera y el cuerpo. El proceso es idéntico con las sillas que fabrica Dayot, ya que con ellas mantiene una estrecha relación, de lo más sensual. Cada uno de los muebles que compone esta colección de artista es un mueble escultura, y cada pieza es única.

Armario

En algunos de estos muebles-escultura tan sofisticados, Chantal Saccomanno tatua sofisticados grafismos como si fuesen un encaje de tinta negra.

Chantal diseña el bosquejo de uno de estos muebles, Olivier interpreta y esculpe en 3D estas formas, las cubre con una resina satinada y untuosa, y luego las vuelve a confiar a la agilidad de los dedos de Chantal quien las adorna a mano alzada, antes de devolvérselas a Olivier para que las proteja con un barniz. Sólo entonces se puede decir que la pieza está acabada.

Se trata de un pas de deux, de un intercambio, de la interpretación de una partitura de la cual ambos poseen algunas notas que, unidas a las del otro, suenan bien.

Los resultados son bastante psicodélicos: un cajón incrustado en otro colgado encima, sillas en blanco y negro soberbiamente rematadas, mesas tronco cuadradas horadadas en el centro y tapizadas con hojas doradas, y en todas las piezas esas explosiones alucinantes de los dibujos primitivos que dibuja Chantal, que parece despertar en nuestra memoria un recuerdo chamanista.

De lo que no cabe la menor duda es de que estas piezas son mágicas pues consiguen que esta alquimia entre dos personas de lugar a una obra fuerte.

¿Qué os han parecido? ¿Os han gustado? Quizá penséis que no son vuestro estilo, o qué dónde las colocaríais en vuestra casa, pero sacarlas de contexto, pensar que son esculturas. En cualquier caso, estoy segura que su sola visión no ha dejado a nadie indiferente. ¿Verdad?

Más información | Saccomanno Dayot En Embelezzia | El "Joyero" de marquetería de Jaime Tressera

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