La semana pasada estaba empezando el día con un humor de perros hasta que la cartera de correos cambió mi humor. Llegó un paquete sorpresa totalmente inesperado: una caja Le Carré "10 Flavours" de chocolate Neuhaus, directamente desde Bruselas.
Bélgica es uno de los paraísos europeos donde buscar un maestro artesano chocolatero. Mi ángel de la guarda gourmet hizo que conociese a Sophie y a su marido quienes me han enviado esta caja (mil gracias) de la tienda de Neuhaus, un créateur chocolatier de savoir-faire de más de 150 años.
Créateur chocolatier desde 1857
Todo empezó cuando su fundador, Jean Neuhaus, abrió una confitería farmacéutica en la Galería de la Reina (una de las Galerías Saint Hubert) de Bruselas. Vendían pastillas para la tos, regaliz y otras barritas de chocolate amargo de elaboración propia. En 1912 coje las riendas del negocio familiar su nieto quien crea el primer bombón de chocolate relleno: se considera el inventor del praliné y le adoro por ello.
Entre otras creaciones con chocolate que han destacado a lo largo de los años, el 'Bombón 13' y 'Astrid' (1915), un bombón homenaje a la reina Astrid de Bélgica. En 1958 presentaron otra receta exclusiva en la Exposición Universal de Bruselas: los bombones "Caprice" y "Tentation".
Las bodas reales europeas son siempre un buen motivo para crear dulces conmemorativos. Balduino y Fabiola son dos bombones con el nombre de los reyes belgas en homenaje a su boda en 1959; Albert y Paola, los bombones que se crearon en honor a la boda del Príncipe Alberto con Paola el año siguiente.
La seleccción
Aquí tenéis los carrés de chocolate, cuadrados en francés, del surtido más grande de aromas. Un total de 10 distintos chocolates con toques de frambuesa, lima, caramelo, café, ... Una tentación que no puedes tener en casa mucho tiempo. Ligeros en aroma, la mayoría sorprenden al paladar por un crocante, cristalitos de caramelo o un punto ácido que los hace especiales.
Mis sabores favoritos
Entre mis favoritos, el carré con limón verde por su frescor picante, con frambuesa por el toque ácido del fruto rojo y el de caramelo cuando quiero uno más dulzón. Sorprende el carré al té Earl Grey por su finura. El que tiene café acaba con un toque algo amargo que no aprecio pero es que no soy cafetera.
La caja de presentación es sencilla y con un diseño moderno que imita los cuadraditos de chocolate. Los envoltorios individuales multicolor son una alegría para la vista y el aroma mezclado de todos ellos una promesa para el paladar.
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