El pasado jueves, la firma Christian Dior presentaba en su showroom de la Plza. de la Independencia de Madrid, la primera colección de prêt-à-porter diseñada por su flamante y recién estrenado director artístico. Merci Audrey!
Raf Simons parece absolutamente decidido a abordar con valentía el tema de la feminidad, del movimiento y de la luminosidad entrando en el siglo veintiuno sin mirar por el retrovisor.
Lo primero que nos enseñaron fue una chaqueta estructurada, que se ajustaba a la cintura por medio de un impecable tailoring. Esta chaqueta, conocida entre los connaisseurs como Bar, se puede llevar con mini faldas plisadas o shorts, y también se presta a numerosas transformaciones.
Para accesorizarla, nada mejor que un sencillo y elegante “noeud” (nudo) - que recuerda bastante al plastrón que solían utilizar nuestros abuelos cuando se vestían con el chaqué- en negro o en rojo. Pero la transformación más importante es la de la chaqueta en un mini vestido donde los faldones se vuelven acampanados para liberar el movimiento, y que se puede llevar solo o con pantalones.
La nueva colección es una oda al cuerpo femenino. El diseñador parece haberle cogido cariño a la organza encañonada con tul, pero dotándola de un toque lurex brillante que, al moverse, hace resplandecer a unas enormes rosas Mackintosh, diseñadas a partir de una col seccionada. Una manera de combinar y de restar sobriedad a las tonalidades frías y ajustadas de la parte superior de estos vestidos.
También la vimos declinada sobre una trajecito en forma de A, del que salían unos apliques en los laterales a mitad de camino entre unas alas de mariposa y las de un calamar.
Lo más divertido de la colección fueron una vestiditos de cóctel realizados en telas de colores ácidos e iridiscentes que recordaban al papel de celofán y, cuyos brillos proporcionan un aspecto más moderno y contemporáneo a sus sofisticados volúmenes dispuestos en capas superpuestas.
La nueva consigna parece ser la búsqueda de un verdadero aire de libertad capaz de romper con el pasado y, para lograrlo, hay que dejar todas las piernas al aire. Uno de los puntos fuertes de la nueva temporada estival será la famosa "petite robe noire" declinada de diez maneras diferente. Sensuales y elegantes, estas prendas monocromas han sido decoradas con una sofisticada pasamanería hecha de lascas metálicas súper coloridas capaces de ir adquriendo la forma de florecitas, mariposas y anémonas, realizadas en tonalidades brillantes para dotarlas de toque más moderno y sofisticado.
Aunque esta temporada los colores fluo siguen estando de rabiosa actualidad, se presentan un poco más discretos que en temporadas anteriores. Raf Simons los ha utilizado en sus nuevas “doublures” – nuevo signo de identidad de la maison -, imponiendo un amarillo neon en toda su colección. Una manera sutil de sacar partido al clásico color de los Post-it. ¿Os habéis fijado que los charms que cuelgan del bolso ya no son metalizados sino que van tapizados en la misma piel que el bolso? ¡Cuestión de rizar el rizo!
De lo que no cabe duda alguna es que con esta colección prêt-à-porter primavera-verano 2013 de Dior, Raf Simons parece haberse querido alejar de las fantasías grandiosas de John Galliano, recuperando las sólidas bases que conforman el ADN de la firma Christian Dior.
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