Cuatro gotas, ni más ni menos, son las que utilizo cada día del serum de La Mer, un lujo en cosmética directamente de los océanos. Ya sabéis que este lunes 8 se celebró a nivel internacional el Día Mundial de los Oceános, y dado que uno de mis rituales de belleza proviene de allí... la fecha es perfecta.
La Mer es más que especial en el mundo de la cosmética, y desde hace unas semanas mi neceser blanco con el serum me acompaña a todas partes. Sí, es posible que esté empenzando a sentir adoración por esas cuatro gotitas, que huelen regular pero son perfectas.
Lo bueno de los serums, al menos a mi me lo parece, es lo agradable para la piel y la buena base que suponen para aplicar la crema. Es como todo, si la base de algo (en esta caso el rostro), está muy cuidada, la posterior aplicación de la crema será más efectiva, la piel la recibirá mejor y el aspecto será de cuidados perfectos.
Os conté hace poco que para estos días en los que todo el mundo está celebrando la preocupación por el Medio Ambiente, La Mer ha sacado una edición especial de su crema maravillosa en un packaging direrente, en azul, así que yo he decidido compartir mi experiencia con estas cuatro gotas.
Con el rostro bien limpio, y antes de acostarme, y con su difusor por goteo, pongo cuatro gotas, bueno, de hecho últimamente sólo son tres porque con el uso mi piel cada vez requiere menos elixir oceánico.
Puedes ponerlas en la mano, calentarlas, y dar pequeños toques para expandir por tu rostro, o ponerlas directamente en el rostro, y extender con esos golpecitos por el rostro. El resultado es el mismo, la piel está ya lista para recibir la hidratante.
Que lo mejor sería la misma de La Mer, pues sí. Afortunaadmente, tengo un frasquito pequeño de esta maravilla hidratante. Mi madre utiliza la crema y es más adecuada para una edad madura, pero os digo una cosa... si su hidratación es tan buena, sus productos naturales regeneran mis células, la protección que ofrece y el retardo y alisamiento en la aparición de arrugas y líneas de expresión, ¿por qué voy a esperar a tener el rostro más castigado?
Lo bueno, cuanto antes, mejor. A mi me preocupa mucho la hidratación del rostro, en serio, y si puedo ir dándole lo mejor, a medida que vaya cumpliendo años se notarán menos... al menos eso espero más experiencia pero que no se refleje en la cara. Y menos en los ojos, os contaré otro día cómo me va el contorn, aunque yo no tengo el aplicador de plata.
Lo dicho, si podéis con estas gotas, que vienen en un frasquito de cristal verde, os lo recomiendo. Llevo casi un mes usándolo y la crema se expande mejor, y la piel tarde más horas en necesitar otra aplicación. Y eso es importante. Y sí, es un pequeño lujo...
Más Información | La Mer En Embelezzia | La Mer, solidaridad de lujo con nuevo, exclusivo y limitado packaging, Crème de La Mer, un milagro para tu piel