Durante la pasada MFW, la diseñadora Miuccia Prada presentó para la primavera-verano 2014 una de las colecciones más fuertes de la temporada, con un montón de símbolos y de significados que parecen interrogar a través de la moda sobre el papel de la mujer en la sociedad actual.
Se trata de una colección de una estética que expresa por si misma las respuestas éticas de la contemporaneidad, ya que las prendas parecen hablar, y dicen de nosotros lo que nosotros no podemos, no queremos o no sabemos expresar con las palabras.
La moda, y las prendas que escogemos para vestirnos son nuestro manifiesto, expresan nuestra posición ante la vida, lo que pensamos, en lo que creemos. Por este motivo, los diseñadores de moda deben tomar posiciones exponiéndose, diseñando y creando prendas que digan cosas.
Miuccia Prada asegura que la vestimenta es lo que mejor nos representa, y que nuestros vestidos no pasan inobservados. Por este motivo, los modelos de su última colección transmiten imágenes de su forma de pensar. Sus vestidos son sus propios murales, y expresan y denuncian una condición. Como solían hacer los murales que pintaba Diego Rivera en México.
Por este motivo, Miuccia Prada ha querido decorar el espacio donde iba a celebrarse el desfile con gigantescos murales, para lo cual recurrió a cinco artistas a los que pidió que interpretasen a la mujer.
Miles “ElMac” Gregor, Stinkfish, Gabriel Specter, Jeanne Detallante, Pierre Mornet y Mesa han trabajado, codo con codo, durante todo un mes. Miuccia Prada les pidió que dibujaran a las mujeres, pero ellos sólo han dibujado sus rostros, por lo que a Miuccia le tocó trabajar el tema del cuerpo.
De esta forma, el desfile Prada primavera-verano 2014 fue como un gigantesco mural realizado con prendas para salir a luchar, caracterizadas por rostros de mujer. Prendas únicas, irrepetibles, como los rostros de las mujeres. Cada una con sus pensamientos estampados.
Miuccia Prada lo consigue echando mano de sus clásicos, pero dándolos la vuelta, creando desorden, colocando sujetadores de pailletes encima de los vestidos, interrumpiendo la gama de colores de forma brutal.
La verdad, es que hay que ser muy valiente para “estropear” conjuntos que estaban muy bien como estaban. Pero Miuccia ha decidido que si lo bonito bloquea, no hace progresar ni te hace preguntarte ciertas cosas, no sirve.
Si las mujeres han de procurar que se las vea, no deben exponerse sólo con el cuerpo sino también con su forma de pensar, y la ropa es un instrumento estupendo para poder hacerlo. Las prendas de esta nueva colección parecen querer expresar que no están de acuerdo con un sistema que no pierde ninguna ocasión para castigar a las mujeres y que, eso, se va a acabar.
Así que a nadie le extrañe ver calcetines deportivos combinados con zapatos de tacón. Antes o después quienes no entiendan este manifiesto, y se cansen de hacer preguntas, tendrán que acabar aprendiendo a buscar respuestas. ¿No os parece?
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