El Hotel Regent Porto Montenegro abrió sus puertas el pasado 1 de agosto. Con sus cincuenta y una habitaciones y treinta y cinco suites de lujo, es el único hotel existente en el interior de la marina del puerto de Montenegro.
El hotel se ha construido en la villa de Tivat, y se puede acceder a él desde los aeropuertos internacionales de Tivat, Dubrovnik y Podgorica. También se han dispuesto transferts en helicópteros desde los aeropuertos. Este servicio ofrece vistas panorámicas sobre las costas croatas y montenegrinas.
Los arquitectos que trabajan para ReardonSmith, especializados en el diseño de hoteles de lujo, se han inspirado en la estética de los palacios venecianos del Renacimiento mezclándola con referencias a la arquitectura náutica y local.
El trabajo de interiorismo está firmado por Tino Zervudachi, y produce la sensación de estar en el interior de un gran yate de lujo.
Lo cual viene que ni pintado, ya que el hotel está enclavado en el Puerto deportivo de Montenegro, y desde sus ventanas y terrazas se pueden ver atracados hasta doscientos cincuenta de los yates más importantes que navegan por aguas internacionales.
Como os decía al principio, el hotel dispone también de ochenta y seis habitaciones y algunas residencias, todas con vistas de infarto a la bahía de Boka y a las majestuosas montañas de la zona
En sus diferentes restaurantes se puede disfrutar de una experiencia gastronómica sencilla pero elegante, donde se concentran los sabores naturales de los productos locales y de temporada con un toque mediterráneo.
Mención a parte merece el Gourmet Corner, un espacio gastronómico que propone una rica variedad de pasteles, tartas y bombones.
El Library Bar, con su chimenea central, dispone de una amplia carta con los mejores coñács y whiskies del mundo. Los clientes del hotel también pueden disfrutar de un agradable té o de tapas de inspiración mediterránea o asiática al caer la tarde.
Frente al puerto, el Italian Garden, al estar rodeado por fuentes y jardines, se convierte en el lugar perfecto para tomar una copa por la noche. ¡Qué sitio tan maravilloso para perderse!, ¿verdad?
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