El 28 y 29 de junio, una delegación de inversores y promotores chinos acudirá a París para encontrarse con marcas francesas interesadas en abrir mercado en China. Su proyecto: la creación de espacios comerciales en China que representen el arte de vivir a la manera francesa alrededor de sectores tales como el lujo, el prêt-à-porter, los cosméticos y los productos agroalimentarios.
El primer parque francés - a la manera de Factory o las Rozas Villas, pero sin ser outlets -, abrirá sus puertas en el 2014 en Suzhou, a setenta kilómetros de Shanghai, y está previsto que contenga a más de ochenta boutiques dedicadas a productos “Made in France”.
El lujo en China es un auténtico reclamo para las grandes firmas del lujo mundial, que han decidido focalizarse en él con la creación y desarrollo de toda una red de boutiques situadas en las grandes metrópolis, pero sobre todo en las ciudades chinas emergentes. Según un estudio de Bain & Company, China se convertirá en el 2015 el mayor mercado de productos de lujo del mundo.
Sin embargo, sólo el cuarenta por ciento de los consumidores chinos de productos de lujo compran en su país. En efecto, el sesenta por ciento prefieren comprar en el extranjero o en Hong Kong. La ausencia de impuestos y la certeza de comprar un producto auténtico y certificado son los principales motivos, porque lo que más les importa a los chinos es que se sepa que han comprado productos auténticos de marcas de lujo y no falsificaciones.
Los visitantes y los turistas chinos se han convertido en los mayores consumidores del lujo. Un estudio de Gomal Refund indica que comparado con el año 2008, el volumen de compras en Francia de artículos de lujo por parte de turistas chinos ha aumentado en un cuarenta y siete por ciento, hasta alcanzar la suma de 155 millones de euros. El presupuesto medio de un chino en Francia es de 1.071 euros y, sobre todo compran zapatos y bolsos.
Los principales consumidores de lujo chino son personas con edades comprendidas entre los veinte y los cuarenta años. Hijos únicos de familias pudientes, y respresentan más del sesenta por ciento de los consumidores.
El crecimiento del consumo de productos de lujo en China se explica a un cambio del sistema de valores que se ha vuelto más individualista; a una atracción por los valores modernos occidentales, y por un creciente aumento del deseo de consumir unido a principios tales como el placer y la elegancia.
Las preferencias chinas en lo relacionado con las grandes marcas se decantan claramente hacia Louis Vuitton, Chanel, Hermès que ha lanzado incluso su nueva marca Shang Xia, Prada que contrató al director de cine Yang Fudong para rodar un spot publicitario en blanco y negro, y Dior.
La marca “Francia” goza en China de una excelente reputación, y casa a la perfección con los ideales de los chinos en cuestiones de lujo: romanticismo, savoir-faire y una larga lista de firmas de lujo. El principal peligro de las marcas de lujo en China está en la imitación. La reproducción, prácticamente idéntica, de sus productos perjudica la imagen de las marcas, y aumenta la desconfianza de los consumidores chinos.
En el 2015, China se convertirá en el principal mercado del lujo en el mundo. Si eres de los que quieren exportar a China el arte de vivir a la francesa, tienes una cita ineludible el último fin de semana de junio en París.
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