A finales de diciembre María SJB nos contaba que, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la muerte del pintor Georges Braque, el Grand Palais de París organizó una maravillosa retrospectiva de uno de los padres del cubismo.
Pues bien, el próximo 13 de junio, el museo Guggenheim de Bilbao inaugurará la exposición Gegorges Braque, la retrospectiva más ambiciosa celebrada hasta el momento en España de Georges Braque (1882-1963), una de las figuras más destacadas de la vanguardia de principios del siglo XX. Un recorrido cronológicoque abarca todas las etapas de su trayectoria artística: desde sus inicios en el Fauvismo hasta sus últimas series dedicadas a los talleres, los pájaros y los paisajes de Varengeville.
Gracias a los extraordinarios préstamos del Centre Georges Pompidou y de otras grandes colecciones públicas y particulares internacionales, la muestra acoge cerca de 250 piezas, entre las que se incluyen algunas de las grandes obras maestras del que fuera precursor del Cubismo junto a Picasso e inventor de la técnica de collage de los papiers collés (o papeles pegados).
Asimismo, la exposición, que cuenta con el generoso patrocinio de la Fundación BBVA, profundiza en sus pinturas de naturalezas muertas (donde se reiteran los veladores y los fruteros), sus canéforas, los billares de posguerra, así como los talleres y los pájaros realizados casi al final de su vida, que amplían y resumen sus investigaciones artísticas.
Georges Braque presenta, a su vez, otras perspectivas muy interesantes del artista, acercándonos a su faceta más personal por medio de material documental y fotográfico, enmuchas ocasiones inédito. Destaca especialmente la colaboración que Braque estableció con Pablo Picasso durante los años del Cubismo, la estrecha relación de su arte con la música — tocaba varios instrumentos, incluyendo el acordeón, la flauta y el violín —, su amistad con el compositor Erik Satie o la complicidad que le unió a poetas como Pierre Reverdy, Francis Ponge y René Char, así como a algunos intelectuales de su tiempo como Carl Einstein o Jean Paulhan.
Por último, una relevante sección de esta retrospectiva muestra, la faceta de escenógrafo que el artista desarrolló en los años veinte, que podrá apreciarse a través de un montaje único y exclusivo diseñado para el edificio de Frank Gehry.
Georges Braque es una retrospectiva que reivindica el importantísimo papel que el artista desempeñó en la historia del arte, que en ocasiones se ha subestimado. Como afirma Brigitte Leal, comisaria de la muestra:
“Su estatuto de artista oficial de la Francia gaullista le ensombreció indudablemente a los ojos de la generación contestataria que le siguió”, y le hizo caer durante varias décadas en un olvido relativo. La muestra constituye una mirada única a un artista excepcional cuya máxima, extraída de sus cuadernos El Día y la Noche, fue: “No hay que imitar aquello que se desea crear”.
Por cierto, tal día como hoy, el pintor y escultor cubista hubiera cumplido 132 años. ¡Felicidades maestro!
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