Pues si Will Delvoye llena el Museo del Louvre de cerdos tatuados con el anagrama de Louis Vuitton, el artista californiano Andrew Lewicki hace lo propio con esta máquina de hacer gofres.
La gente se ha acostumbrado a ver las marcas de lujo extender su influencia a otras industrias, desde bicicletas a pistas de tenis, balones de rugby o fútbol y pelotas de golf, para no mencionar toda clase de objetos y aparatos, las marcas de lujo han dejado su sello en una multitud de productos, hasta muñecos "manga".
Pero, sentimos dar el disgusto a los que ya se veían dando una merienda temática de su firma favorita, amantes de la moda que ya soñaban con refrescos y se veían hincando el diente a sus letras preferidas,... ya que esta máquina de hacer gofres de la marca no está en venta.
Se trata de una obra de arte, una escultura de con la que el artista de Los Ángeles, Andrew Lewicki, cuya imaginería juega a menudo con la paradoja de la vida moderna, da un toque de atención sobre la obsesión de los fashionistas...
¡Que pena! Habría tenido gracia, lo mismo Monsieur Bernard Arnault lo ve y decide comercializarla, o una tostadora...
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